Revivir el instinto básico - Alfa y Omega

Europa se suicida. También Estados Unidos, pero menos. El desplome de la natalidad invierte los equilibrios mundiales, según el informe Global Trends 2030, del Consejo Nacional de Inteligencia, de Estados Unidos. Lo inédito, un gran factor de incertidumbre, es que los bárbaros que heredarán el Imperio han sido contaminados por el virus cultural antinatalista y abortista. Se avecina un invierno demográfico global, con pocas excepciones.

Una prueba de fuego será la actitud ante la eutanasia y el suicidio asistido, debate que resurgirá con fuerza, ante la presión sobre el gasto público originado por el envejecimiento. ¿Retrocederán las sociedades, escandalizadas por esta falta de humanidad? ¿Pesará el respeto ancestral a los padres? ¿Revivirá en la familia el instinto básico de supervivencia? Fuera de Occidente, hay más posibilidades, que así sea. En Europa, tres cuartas partes de la población aprueban el suicidio asistido, según un estudio de la Asociación Suiza de Abogados Médicos, realizada en 12 países. La crisis económica no es un factor relevante: el mayor apoyo se da en España (78 %); el menor, en Grecia (52 %). En Bélgica, en pleno décimo aniversario de la legalización de la eutanasia, se ignoran los informes sobre la absoluta falta de control y las graves irregularidades (en Flandes, hasta un tercio de los casos fueron realizados sin informar al paciente). Por el contrario, se propone eliminar la discriminación a los menores de edad, y ampliar el derecho a la eutanasia a los pacientes de Alzheimer.

Sólo un baño de realidad derrota al fantasma del suicidio. El ex vice Canciller alemán Franz Müntergering, socialdemócrata, ha contado que la muerte de su mujer le ha hecho perder el miedo a una enfermedad terminal. «Cuando uno puede vivirlo así, con los hijos alrededor, volver a hablar sobre todo…», entiende que la muerte, así afrontada, es parte de «una vida realizada». Otro impresionante baño de realidad acaba de suceder en Mallorca. Los padres de Nadia, niña con una rara enfermedad del sistema nervioso, han reunido los 50 mil euros necesarios para operar a su hija en Estados Unidos, gracias a 20 mil buenos samaritanos. La niña podrá vivir entre 5 y 10 años más, y está feliz. ¿Alguien puede negar que los sufrimientos de esta familia valen la pena?