Agradecimiento del mundo - Alfa y Omega

Agradecimiento del mundo

Redacción

Apenas se conocía la renuncia de Benedicto XVI, se desencadenaba una cascada de reacciones. En Viena, su amigo, el cardenal Schönborn, afirmaba que Dios es amor, nombre de su primera encíclica, sirve como titular de este pontificado. El agradecimiento y la tristeza asoman en muchas declaraciones: «Como católico y sacerdote, antes que como cardenal, asumo que las decisiones del Papa no se discuten, aun cuando provocan dolor», comentaba el cardenal Ruini, ex Presidente del Episcopado italiano. Su sucesor, el cardenal Bagnasco, subrayaba «el ejemplo de profunda libertad interior» que ha dado el Papa, y el arzobispo Zöllitsh, Presidente del Episcopado alemán, aseguraba que «le echaremos de menos». «Ha unido a los católicos y se ha acercado a grupos cismáticos con la esperanza de atraerlos de vuelta a la Iglesia; ha hablado por los pobres de la tierra» y «ha instado a todo el mundo a conocer y tener un encuentro personal con Cristo», afirma el cardenal Dolan, arzobispo de Nueva York. Políticos de todo el mundo también hicieron públicas expresiones de afecto, como el rey Juan Carlos I, que valoró «la labor y entrega» del Papa y su «especial relación» con España. En Italia, Mario Monti se declaró «muy turbado por esta noticia», mientras que el Presidente Napolitano alabó este «gesto de gran valor y extraordinario sentido de la responsabilidad». La Canciller Ángela Merkel destacó su contribución al proceso de unificación europea, y los Presidentes Obama y Cameron publicaron comunicados afectuosos hacia Benedicto XVI. El Patriarca de Constantinopla expresó su «gratitud» al Papa y su «tristeza» por la noticia; la Federación Mundial Luterana destacó «sus numerosos y significativos frutos ecuménicos», y el arzobispo de Canterbury agradeció a Dios «una vida sacerdotal dedicada, con palabras y hechos, a seguir a Cristo». Desde el Reino Unido, el Rabino Jefe Lord Sacks describió al Papa como «un hombre profundamente atento y compasivo, que arrastraba una aura de gracia y sabiduría», mientras que el Consejero político del Gran Muftí de El Líbano, valoró «el gran impulso» que ha dado «a la paz en Oriente Medio y al diálogo con los musulmanes».