El militar cristiano, según Herrera Oria - Alfa y Omega

Los textos dejados por el Siervo de Dios Ángel Herrera Oria, y editados en sus Obras completas por don José Luis Gutiérrez, bien merecen ser estudiados pormenorizadamente. En estas Obras completas, Herrera Oria pone como ejemplo a tres militares romanos –Tres capitanes santos–, haciendo referencia, en primer lugar, al Centurión de Cafarnaúm; en segundo, al Centurión de Cesaréa; y en tercero, al del Calvario.

Del primero de ellos nos habla el Evangelio de San Lucas:

«En aquel tiempo, cuando hubo acabado de dirigir todas estas palabras al pueblo, entró en Cafarnaúm. Se encontraba mal y a punto de morir un siervo de un centurión, muy querido de éste. Habiendo oído hablar de Jesús, envió donde él unos ancianos de los judíos, para rogarle que viniera y salvara a su siervo. Éstos, llegando donde Jesús, le suplicaban insistentemente diciendo: Merece que se lo concedas, porque ama a nuestro pueblo, y él mismo nos ha edificado la sinagoga. Iba Jesús con ellos y, estando ya no lejos de la casa, envió el centurión a unos amigos a decirle: Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo, por eso ni siquiera me consideré digno de salir a tu encuentro. Mándalo de palabra, y quede sano mi criado. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: «Vete», y va; y a otro: «Ven», y viene; y a mi siervo: «Haz esto», y lo hace. Al oír esto Jesús, quedó admirado de él, y volviéndose dijo a la muchedumbre que le seguía: Os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande. Cuando los enviados volvieron a la casa, hallaron al siervo sano».

Recordemos que las palabras de este militar romano son las que repetimos durante la Misa antes de comulgar.

En segundo lugar, Herrera Oria recuerda igualmente al Centurión de Cesarea, Cornelio, primer gentil en ser bautizado en la fe cristiana por san Pedro, del que afirma Herrera basándose, en Hechos de los Apóstoles, que era piadoso, temeroso de Dios, y oraba a Dios continuamente.

Por último, nos habla del Centurión al pie del monte Calvario. Recordemos lo que dice san Mateo en su evangelio: «El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, se llenaron de gran temor y dijeron: En verdad éste era Hijo de Dios».

Herrera Oria afirmaba que el Centurión en el Calvario es el primero de los tres capitanes santos en profesar públicamente su fe «en el día de las grandes cobardías y de las vergonzosas huidas».

Concluye Herrera afirmando que «la milicia es profesión de hombres de fe», indicando el Siervo de Dios que el militar necesita de la fe, explicando que «un escéptico jamás será un buen soldado».

Herrera Oria pone de relieve la unión de la espada y la Cruz, el servicio de estos tres capitanes santos al Trono y al Altar, esto es, en servicio y amor a Cristo Rey.