Cuentos de una noche especial - Alfa y Omega

Cuentos de una noche especial

¡Feliz Navidad! Esperamos que estéis disfrutando de estas fiestas, y que estéis aprovechando para hacer compañía al Niño Jesús. Eso es lo que han hecho los ganadores de nuestro concurso, con los relatos sobre la Navidad que os presentamos. ¡Incluso en verso! Los Premios individuales son para Flavia Madrazo (1º) y Esther Benito (2º). En la categoría de los colegios, agradecemos la participación del Colegio La Inmaculada-Marillac. Nos han mandado varios relatos, entre los cuales están nuestros ganadores, Sofía Rodríguez (1º) y Pablo Serra (2º). ¡Enhorabuena a todos!

María Martínez López
Ilustración: Asun Silva

Categoría individuales

Una sonrisa luminosa¡Hola! Yo soy un pastor llamado Juan y vivo en un pueblo pequeño, Belén. Mi vida es sencilla. Tengo una familia buena compuesta por una mujer y dos hijos que me quieren mucho y a los que yo adoro. Todas las mañanas, voy al campo con mis ovejas a darles de comer y a cuidarlas. Por las tardes, trabajo el huerto, y por las noches ¡es lo mejor! Toda la familia nos reunimos a comer una riquísima cena: queso de mis ovejas, riquísima miel de mis colmenas, pan recién hecho… delante de la chimenea, ya que vivo en un pueblo donde hace mucho frío.

Casi todos los días he hecho lo mismo, menos uno. Esa noche tan especial en la que nació un niño llamado Jesús. Esa noche fue así: estaba con unos compañeros alrededor de una hoguera y con nuestros rebaños a las afueras del pueblo. De repente, apareció un ángel que nos dio la noticia del nacimiento de un niño que iba a ser el Salvador de la Humanidad. Muy extrañados y asustados por la aparición del ángel, echamos a correr hacia el centro del pueblo para anunciar lo que nos había dicho. En una de las calles cerca de la posada, había un establo de donde salía una luz muy potente, más que quinientos faroles juntos. Nos asomamos a la puerta con prudencia, pues estábamos muertos de miedo, y vimos a una señora de gran belleza y a un hombre que la miraba con ternura y, juntos, protegían con mucho amor un pesebre que albergaba a un niño recién nacido, cuya sonrisa iluminaba la estancia y la llenaba de calor.

¡Verdaderamente era un milagro! El miedo se volvió calma, la extrañeza, alegría, y una emoción nos invadió a todos, y a la vez nos pusimos a cantar dando gracias a Dios por enviarnos a su Hijo el Mesías, el Señor.

Flavia Madrazo Polo (10 años, Madrid)

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Quiero ver su rostro

Va a nacer,
¿qué puedo hacer?
Pues el Redentor pronto va a nacer.
¿Cómo puede ser, que yo, una persona tan humilde,
vaya a tener, en un pobre portal, al Mesías Salvador?
Quiero saber qué rostro va a tener,
Pero sobre todo deseo ver a Dios Padre,
Que por fin viene a salvarnos de una vez.
El Espíritu Santo obró un milagro:
Dios en carne y hueso va a crecer.
Yo seré su madre, ¡qué alegría!
José será su padre, ¡qué emoción!
Y los pastores alegrarán su expresión.

Esther Benito Molano (10 años, Cuenca)

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Categoría colegios

Los Reyes Magos

La estrella está brillando.
¡Ya llega la Navidad!
Los reyes van llegando
y nos traen felicidad.
Llegan del lejano Oriente
con un poco de corriente.
Le dan un beso en la frente
y se quedan superpendientes.
(…) Jesús tan alegre,
con sus cosas en el pesebre.
Melchor lo mejor le trajo:
¡Juguetes y oro! ¡Qué majo!
Gaspar, muy distraído, caramelos e incienso.
¡Qué insensato ha sido!
Baltasar, rebuscando, encontró sueños y mirra.
¡Para el niño y la niña!
(…) Les llevó un lucero
y allí, en un pesebre,
¡al niño Dios vieron!
Melchor le da un tren,
Gaspar, ¡más caramelos!
y el bueno de Baltasar,
le entrega todos sus sueños.

Sofía Rodríguez (4º Primaria)

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A Quien estábamos esperando

Érase una vez un pastorcillo que estaba paseando, y de repente oyó un llanto. El pastor se asomó y encontró a María, a José y a un niño en un pesebre. Era un dulce niño recién nacido llamado Jesús. Un rato más tarde volvió a oír algo, pero esta vez no era un llanto. Erasn los tres Reyes Magos y algunos ángeles que con sus regalos iban a ver al niño. Le llevaban oro, incienso y mirra. De repente, al pastor se le ocurrió una idea. La idea era que creía que ese Jesús, del que hablaban por la calle, era el que tanto tiempo habían estado esperando. Se acercó despacio hasta el pesebre, miró al niño Jesús y comprendió que Él era nuestro regalo.

Pablo Serra Boza (4º Primaria)