La salud se resiente en las familias con problemas de vivienda

La cronificación de la pobreza en España y los problemas de acceso a una vivienda digna están provocando un alarmante deterioro de la salud física y emocional. Así lo revela la Memoria Hogar, vivienda y salud. Acción y prevención residencial, elaborada por Cáritas Barcelona junto con la Agencia de Salud Pública de la ciudad. El estudio constata que acceder a una vivienda en buenas condiciones, y poder asumir los costes que conlleva, son factores clave para que las personas sientan que su vida es estable y digna, y para que esta tranquilidad les permita disfrutar de un buen estado de salud.

Las familias atendidas por Cáritas Barcelona, a través de su Servicio de Mediación a la Vivienda, viven con ingresos anuales inferiores a 9.000 euros, acogidas en casas de familiares o hacinadas en habitaciones; otras optan por realquilar su casa, y cuentan con dificultades serias para pagar las facturas a fin de mes. Según Carme Trilla, responsable de la Acción Social de la institución, la precariedad en la vivienda «pasa más factura a la salud de las mujeres —un 50 % de las atendidas sufre algún tipo de enfermedad física—»; además, dos de cada tres personas atendidas sufre situaciones de angustia o depresión. Según la entidad, «los niños también acaban somatizando la presión que implica vivir en la precariedad: problemas relacionados con la alimentación, otitis o una mala salud mental son algunas de las dolencias», informa Cáritas Barcelona en una Nota de prensa.

Del estudio se desprende también que Cáritas ha tenido que duplicar, desde 2007, las ayudas económicas para pagar facturas y deudas hipotecarias, hasta alcanzar los dos millones de euros, con los que se ha ayudado a 11.000 personas. Además, la institución ofrece alojamiento a 1.500 personas, gracias a 360 viviendas sociales y 6 centros residenciales. Además, a través del Servicio de Mediación en Vivienda, Cáritas diocesana de Barcelona ha evitado 455 desahucios y ha conseguido 101 daciones en pago.