Santa María, haznos llevadero el largo camino - Alfa y Omega

Santa María, haznos llevadero el largo camino

Ayer, primer día del año, la Iglesia, exultante, celebraba a Santa María, Madre Dios. Los Padres del Concilio de Éfeso la aclamaron como Theotokos –la que dio a luz a Dios–, pues en ella la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros

Fernando de Navascués
'Exvoto de san Telmo'. Anónimo (1767). Museo diocesano de Tui
Exvoto de san Telmo. Anónimo (1767). Museo diocesano de Tui.

Explica monseñor Luis Quinteiro Fiuza, obispo de Tui-Vigo, que, «desde los comienzos de la historia de la Iglesia, la figura de María ha sido venerada en íntima relación con el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios. Por ello, la devoción a María, a lo largo de la historia plurisecular de la Iglesia, es la expresión más elocuente de la fe del pu eblo cristiano. Santa María es la Madre del Hijo de Dios, Jesucristo, el Emmanuel, el Dios con nosotros, y por ello mismo, nuestra Madre, que siempre camina a nuestro lado en total disponibilidad». Dicho en otras palabras, las de esa devoción popular que nace en esa misma diócesis de Tui-Vigo, en honor a la Virgen da Franqueira:

Virxe da Franqueira
Que tes un meniño
Fainos levadeiro
O longo camiño

'O meniño enfermo', de Cristina García Rodero (1977)
O meniño enfermo, de Cristina García Rodero (1977).

El Papa Francisco insiste, en su reciente Exhortación apostólica Evangelii gaudium, justamente en este sentido, en esa compañía que es María para nuestra vida:

«En la cruz, cuando Cristo sufría en su carne el dramático encuentro entre el pecado del mundo y la misericordia divina, pudo ver a sus pies la consoladora presencia de la Madre y del amigo. En ese crucial instante, antes de dar por consumada la obra que el Padre le había encargado, Jesús le dijo a María: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego le dijo al amigo amado: Ahí tienes a tu madre. Estas palabras de Jesús al borde de la muerte no expresan primeramente una preocupación piadosa hacia su madre —aclara el Papa Francisco—, sino que son más bien una fórmula de revelación que manifiesta el misterio de una especial misión salvífica. Jesús nos dejaba a su Madre como Madre nuestra. Sólo después de hacer esto, Jesús pudo sentir que todo está cumplido. Al pie de la cruz, en la hora suprema de la nueva creación, Cristo nos lleva a María. Él nos lleva a ella, porque no quiere que caminemos sin una Madre». María muestra el camino

'Virgen de la O' (siglo XIV). Santuario de 'A Franqueira'
Virgen de la O (siglo XIV). Santuario de A Franqueira.

La diócesis de Tui-Vigo lo sabe muy bien, pues acaba de celebrar el 50 aniversario de la solemne Coronación de la Virgen de A Franqueira, que es la Virgen de los hombres libres. Sí, de los hombres libres, porque sólo en unión con Dios podremos llegar a serlo, y lo seremos porque ella ha sido nuestro guía en el camino.

La Virgen de A Franqueira es una Virgen sentada en su trono —Sedes Sapientiae—, mostrándonos a Jesús sentado en su regazo con un libro en la mano izquierda y bendiciéndonos con la derecha: «La Sede de la Sabiduría es una Madre amable que nos muestra a sus hijos el camino a seguir», explica don Luis Quinteiro.

'Anunciación'. Anónimo del siglo XVII. Iglesia de San Domingos de Tui
Anunciación. Anónimo del siglo XVII. Iglesia de San Domingos de Tui.

Por estos cincuenta años de la coronación y por el Año de la fe, su diócesis ha organizado una exposición titulada Magnificat, en la que se han recogido no pocas joyas artísticas de Tui-Vigo. Desde imágenes en granito policromado del siglo XII, a documentos fotográficos del siglo XX. Todo ello ilustrando tres capítulos: Piedra con historia, Agua de la fuente y Luz de las gentes, es decir la historia, el arte y la devoción a esta pétrea imagen —Nosa Señora da Fonte da Franqueira— que sigue siendo luz de vida cristiana para tantas generaciones de devotos peregrinos. María: piedra, agua y luz

¿Por qué piedra? Primero, porque la imagen de Nuestra Señora es de granito, pero aún es más importante, como dice don Andrés Fuertes, delegado diocesano de patrimonio de Tui-Vigo, «que la imagen de Santa María de A Franqueira, centro de nuestra exposición, sea también un sillar fundamental de nuestra fe en Jesús».

'Pentecostés'. Anónimo del siglo XVIII. Iglesia de San Domingos de Tui
Pentecostés. Anónimo del siglo XVIII. Iglesia de San Domingos de Tui.

María es también agua. De hecho, allí donde fue descubierta esta imagen gallega, brotó una fuente. Una metáfora real para que la aproximación a la Virgen de la Fuente produzca en las almas una regeneración espiritual. Ése es el papel que, justamente, jugó la Virgen en la Anunciación, y estando rodeada de los apóstoles el día de Pentecostés, como se representa en el Retablo del Rosario, del siglo XVIII.

La Madre también es luz, pues es el símbolo del conocimiento y de la guía en medio de las dificultades. No es extraño, por eso, que, en este apartado de la exposición, se nos muestre de forma especial los exvotos, algunos de ellos de una belleza singular. O la fotografía hecha por Cristina García Rodero en la que inmortaliza a una abuela cuidando a su nieto enfermo un día de romería.

'Nuestra Señora da Franqueira'. Anónimo del siglo XIII-XIV. Santuario de Nuestra Señora de 'A Franqueira'
Nuestra Señora da Franqueira. Anónimo del siglo XIII-XIV. Santuario de Nuestra Señora de A Franqueira.

Es significativo que la Iglesia nos ofrezca, el primer día del año civil, una fiesta mariana: la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. No hay mejor forma de empezarlo. María sale al encuentro y se une a nosotros para hacernos levadeiro o longo camiño.