Infancia Misionera, también con los refugiados sirios

Infancia Misionera nació en 1843 para que los niños ayudaran a otros niños. Pero no se trata sólo de que los niños de países ricos ayuden a los de los países pobres, sino de que todos, en cada uno de los 160 países donde funciona, ayuden a los de los demás países, incluso si ellos también necesitan ayuda. Así ocurre en el Líbano. En este pequeño país de Oriente Medio, viven cuatro millones de personas, y es el país árabe con más cristianos: son el 24 % de la población. Está al sur de Siria, por lo que la guerra en este país les está afectando mucho, ya que han llegado al país más de un millón de personas huyendo de la guerra.

En el Líbano, Infancia Misionera nació en 2006. Sus responsables, Nada Hajjar y el padre Paul Karam, han estado hace poco en España. Explicaron que esta obra de la Iglesia colabora con la Conferencia Episcopal, con Cáritas y con varias ONG para llevar ayuda a los campos de refugiados. A través de Infancia Misionera, varios colegios han recibido dinero para que puedan estudiar allí los niños más pobres y los refugiados, que son sobre todo musulmanes.

Pero también los niños libaneses hacen su aportación. En el país, hay 16 grupos de niños misioneros, y el año pasado recaudaron casi 11.500 euros para enviar a Sudán, Irak y Madagascar. Nada explica que, para lograrlo, organizan actividades en los colegios, venden tartas y dan sus propios ahorros. Estos niños también son misioneros en su propia tierra, y colaboran en las actividades que organizan las parroquias para recoger dinero, comida y ropa. Durante las vacaciones de Navidad, algunos grupos de Infancia Misionera, junto con sus sacerdotes y catequistas, visitaron a las familias sirias que viven en los campos de refugiados.