Alto el fuego en Sudán del Sur - Alfa y Omega

Alto el fuego en Sudán del Sur

Cristina Sánchez Aguilar

Los representantes del Presidente Salva Kiir y los del ex Presidente Machar firmaron un alto el fuego al conflicto en Sudán del Sur la tarde del 23 de enero en Addis Abeba, capital de Etiopía. El acuerdo establece, como primer paso, la retirada de los grupos armados del terreno, aunque las conversaciones se reanudarán el próximo 7 de febrero, para llegar a un acuerdo político entre las partes, y para tratar la situación de once presos aliados de Machar que el Gobierno de Juba ha aceptado liberar.

Para los obispos de la AMECEA (Asociación de Miembros de la Conferencia Episcopal de África Oriental –Etiopía, Eritrea, Kenia, Malawi, Sudán del Sur, Sudán, Tanzania, Uganda y Zambia–) es necesario «evitar la militarización de los asuntos de Estado» e involucrar a toda la sociedad sursudanesa. Así lo han expresado en un comunicado conjunto, en el que recuerdan que la independencia del país «no fue sólo un éxito militar, sino que la población luchó unida por la liberación». Esta propuesta la comparten los líderes cristianos del South Sudan Council of the Church, que han pedido en un comunicado la celebración de una conferencia nacional abierta a la sociedad civil, para estudiar el futuro de la nación, y han denunciado la abominación de convertir en una guerra étnica un conflicto que únicamente «es una cuestión política dentro del partido gobernante». Los obispos de la AMECEA también aluden a este punto, e instan a los fieles a no dejarse llevar por la presión de los combatientes de instaurar «divisiones étnicas y tribales».

En el texto, los obispos piden la intervención de la comunidad internacional «para crear corredores humanitarios». Y subrayan «la obligación moral de intervenir para ayudar al gran número de personas cuya supervivencia y derechos humanos están amenazados». Según el International Crisis Group, desde que comenzaron los enfrentamientos, el 15 de diciembre, 10.000 personas han muerto, y la ONU estima que los desplazados son más de medio millón. Además, las ciudades de Bor, Malakal y Bentiu, capitales de los Estados petroleros, han sido devastadas en el último mes. El director de Cáritas en Sudán del Sur, Gabriel Yai, ha pedido «alimentos, agua y asistencia médica para los desplazados, en su mayoría mujeres, niños y ancianos».