El expresidente del Barça donará los beneficios de su libro al comedor social del padre Paulino Alonso - Alfa y Omega

El expresidente del Barça donará los beneficios de su libro al comedor social del padre Paulino Alonso

Sandro Rosell habla en un libro sobre su paso por la cárcel y sobre las personas «en las que me apoyé para pasar los momentos de mayor flaqueza personal». El capellán de Soto del Real, el padre Paulino Alonso, es una de ellas

José Calderero de Aldecoa
Foto: AFP Photo/Pierre-Philippe Marcou

Sandro Rosell, expresidente del Fútbol Club Barcelona, ha escrito un libro en el que «he decidido compartir mi día a día en la cárcel», donde pasó cerca de dos años por un delito del que luego fue absuelto y «donde me he dado cuenta del enorme valor de un fuerte abrazo». Así lo ha confesado el propio Rosell en un vídeo promocional de la obra, titulada Un fuerte abrazo, que será publicada el próximo 23 de marzo (Plaza Janés, en castellano; Rosa dels Vents, en catalán).

En él «he querido dejar testimonio de las experiencias, reflexiones, pensamientos, sueños y pesadillas que tuve durante 645 días y noches en prisión. Y hablar de las personas, inocentes y culpables, con las que compartí los casi dos perores años de mi vida y en las que me apoyé para pasar los momentos de mayor flaqueza personal».

Según ha podido saber Alfa y Omega, una de esas personas que han arrojado luz en los momentos de oscuridad de Rosell en la cárcel ha sido el capellán de Soto del Real, el sacerdote Paulino Alonso, con el que el expresidente del Barça ha iniciado una profunda amistad.

De hecho, una parte de los derechos de autor de Un fuerte abrazo irán destinados a la fundación del padre Paulino. La obra principal de la fundación del capellán es el comedor Ave María, que lleva más de cuatro siglos ofreciendo desayunos, comidas y cenas a cerca de 400 personas. A eso se suma la atención a 35 familias cada semana, a las que se les da un carro lleno de alimentos.

La otra parte de los beneficios del libro se destinarán a contratar abogados para la defensa de presos preventivos –situación carcelaria en la que se encontró el propio Sandro Rosell– sin recursos.