«La Iglesia os da las gracias» - Alfa y Omega

«La Iglesia os da las gracias»

El Papa Francisco recibió el sábado a diez mil miembros del Camino Neocatecumenal, y envió a 414 familias a la misión a diversos países. 174 de estas familias forman parte de las 40 nuevas missio ad gentes para Asia y Europa, que se suman a las 52 ya existentes. Entre cantos, junto a 11 cardenales, 50 obispos y 900 niños, el Papa agradeció la labor evangelizadora de esta iniciación cristiana

Juan Ignacio Merino
El Papa Francisco bendice y envía a algunas familias que se van en misión ‘ad gentes’ a varios países asiáticos

Eran casi las diez de la mañana y los neocatecumenales esperaban a las puertas de la Sala Nervi, bajo la columnata de Bernini. El acto estaba previsto para las doce, y a las once ya comenzaban a entrar cientos de familias de toda Europa con sus hijos, sacerdotes, seminaristas, equipos catequistas responsables del Camino de todas las naciones y otros miembros de este itinerario de fe adulta. Algunos cientos tuvieron que quedarse fuera y verlo por las pantallas. Finalmente, pasadas las 12 y media, el Sumo Pontífice apareció saludando a los asistentes y, especialmente, a los niños.

Tras una breve presentación del Camino, Kiko Argüello realizó una síntesis del itinerario de fe de renovación postbautismal, y destacó la importancia de la iniciación cristiana de adultos, cuyo horizonte es la misión: «En la medida que estos hermanos van reconociendo su Bautismo, el pecado en la carne va perdiendo fuerza, hasta el punto de que uno se siente libre y se puede ofrecer a la Iglesia. ¡Éste es el fruto del Bautismo!, de un camino en el que se empiezan tantas cosas que ¡no se puede entender que no exista en todas las parroquias la iniciación cristiana de los adultos!» concluyó Kiko con vehemencia.

Agradecimientos y recomendaciones

Tras la proclamación del Evangelio, por boca del padre Mario Pezzi, el Papa Francisco comenzó su discurso. Comenzó saludando con cariño a todos los presentes, y en especial a los niños, a los que pidió que se alzasen, y continuó agradeciendo: «¡La Iglesia os da las gracias por vuestra generosidad! ¡Os doy las gracias por todo lo que hacéis en la Iglesia y en el mundo!», dijo el Papa. Después, centró sus palabras en tres recomendaciones para las familias que parten a la misión: reconociendo que el Camino tiene su propio carisma y su propia dinámica, pidió poner cuidado en construir y conservar la comunión en las Iglesias particulares, un aspecto que se procura observar actualmente en las más de 20 mil comunidades en más de 6 mil parroquias en casi 1.500 diócesis de 124 naciones de todo el mundo. En segundo lugar, Francisco recordó que, en la misión, «el Señor siempre precede», por lo que es obra del Espíritu Santo preparar a quienes escuchen la Buena Nueva. Y, por último, indicó la necesidad de dedicar «atención especial al contexto cultural» y cuidar de los más débiles, modos de actuar que los misioneros neocatecumenales observan con sumo cuidado, ya que abandonan sus comodidades y se introducen en la cultura, los estudios, el idioma, las costumbres…, tanto que sus hijos pasan como uno de tantos, a pesar de las dificultades de la adaptación, yendo como pobres, y no como conquistadores, como matizó Argüello en su intervención.

El Papa acabó invitando a que vayan con ánimo a anunciar el amor de Dios a las periferias existenciales y a los ambientes descristianizados, bendijo los crucifijos de todas las familias misioneras y se las entregó personalmente a las que irán a la China, Vietnam, la India y Mongolia, saludando con cariño a las familias y a los niños.

Finalmente, el Santo Padre se retiraba conmovido, y los neocatecumenales, alegres y contentos, volverían a su quehacer cotidiano y a madurar en la fe a través de esta iniciación cristiana orientada a la evangelización.

El Papa: «La comunión es esencial»

«Doy gracias al Señor por la alegría de vuestra fe y por el ardor de vuestro testimonio cristiano». Así acogió el Papa a los iniciadores, sacerdotes y familias del Camino Neocatecumenal. «La Iglesia os está agradecida por vuestra generosidad. Os doy las gracias por todo lo que hacéis en la Iglesia y en el mundo», continuó, a la vez que ofreció, «en nombre de la Iglesia, nuestra Madre, algunas sencillas recomendaciones». La primera fue la de tener «el máximo cuidado por conservar la comunión dentro de las Iglesias particulares», poniéndoos «bajo la guía de los pastores de las Iglesias locales», ya que «la comunión es esencial».

El Papa también les envió con otra indicación importante: «El Espíritu de Dios llega siempre antes que nosotros. ¡El Señor siempre nos precede!» Así, ante «un contexto cultural en el que vosotras, familias, iréis a trabajar, a menudo muy distinto de aquel del que procedéis», el Papa pidió «vuestro compromiso para comprender las culturas que encontraréis, sabiendo reconocer esa acción que el Espíritu Santo ha realizado en la vida y en la historia de cada pueblo».Asimismo, el Papa les exhortó a «tener cuidado con amor unos de otros», de modo particular respetando a algún «hermano o hermana que decidiera buscar, fuera del Camino, otras formas de vida cristiana que le ayuden a crecer en la respuesta al Señor».

Al final, el Papa Francisco animó al Camino a «llevar a todas partes, también a los ambientes más descristianizados, el Evangelio de Jesucristo. Evangelizad con amor, llevad a todos el amor de Dios. Decid a todos que Dios ama al hombre así como es, también con sus límites, con sus errores, con sus pecados. Sed testigos de la infinita bondad y de la inagotable misericordia del Padre. Sed misioneros celosos y alegres. No perdáis la alegría. Adelante».