Preocupación en Venezuela - Alfa y Omega

Los obispos de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana expresamos nuestra profunda preocupación por el creciente clima de tensión que ha caracterizado la vida nacional en los últimos días. Como pastores de la Iglesia manifestamos nuestro deseo de contribuir al fortalecimiento de la paz entre todos los venezolanos. Rechazamos cualquier tipo de violencia, tanto en las manifestaciones como fuera de ellas, así como los excesos en la represión de las mismas. Lamentamos la muerte de tres ciudadanos, la situación de salud de los heridos y el gran número de estudiantes detenidos. Expresamos nuestras sinceras condolencias a los familiares de los fallecidos. El derecho a la protesta pacífica, así como el derecho a la libertad de expresión e información, son valores sociales imprescindibles para el ejercicio de una auténtica democracia. Los que ejercen responsabilidades públicas deben garantizar el ejercicio de esos derechos, evitando el uso de medidas judiciales para amedrentar y castigar a los disidentes. Frente a los grandes desafíos de nuestro país en la lucha contra la inseguridad personal y la violencia social, y ante los graves problemas económicos que nos afectan a todos, la protesta contra el Gobierno es legítima y constitucional, pero debe ser pacífica. El recurso a la violencia como medio para imponer las propias posiciones, venga de donde venga, es moralmente inaceptable. Ésta debe ser desterrada siempre tanto del lenguaje como de las acciones. Los grupos violentos deben ser desarmados y controlados por las autoridades policiales, en concordancia con la política de desarme. Exigimos una exhaustiva investigación y el castigo a los culpables en el marco de la Constitución y las leyes, observando el debido proceso judicial. Que sea firme y sostenido el propósito de construir la paz y evitar cualquier tipo de manifestación violenta que rompa la sana convivencia entre todos los ciudadanos. Invitamos a todos los católicos a elevar oraciones a Dios, Padre de todos, y a pedir la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela, en favor de la reconciliación del país.

Del Comunicado de los obispos de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana