Un último encuentro con el cardenal Scola - Alfa y Omega

Un último encuentro con el cardenal Scola

José Antonio Méndez

A pesar del revuelo que ha suscitado su renuncia, a lo largo de la semana pasada Benedicto XVI continuó con sus labores de gobierno de la Iglesia según estaba previsto en su agenda. Y entre esos actos estuvo la audiencia con los 13 obispos de la región italiana de Lombardía, a los que recibió en visita ad limina. Entre ellos, se encontraba el cardenal arzobispo de Milán, Angelo Scola, discípulo y amigo personal de Benedicto XVI, y el cardenal Dionigi Tettamanzi, arzobispo emérito de la diócesis milanesa. Tras el encuentro, que tenía el carácter de última visita ad limina de Benedicto XVI, el cardenal Scola señaló a Radio Vaticana que «todos estábamos muy conmovidos. A todos los obispos, uno a uno, el Papa nos saludó, se despidió personalmente y nos regaló una cruz pectoral; todos los obispos le dieron sus parabienes y le transmitieron el cariño de sus fieles al Santo Padre. Había un grado de conmoción muy elevado entre nosotros. Creo que el más sereno de todos era el Papa».

A pesar del trato emocionado y familiar, el Papa no desaprovechó la ocasión para hacer una llamada a la evangelización en la región eclesial más grande de Italia, y una de las más ricas e influyentes de Europa: «Le dijimos al Papa que sentimos la responsabilidad de haber sido los últimos recibidos en visita ad limina, y él nos dijo: Esta responsabilidad significa que tienen que convertirse en una luz para todos. Esperemos que sean capaces. Lombardía debe ser el corazón creyente de Europa.Me parece que esto es mucho más que un programa pastoral para nuestras diócesis», concluyó el cardenal Scola.