Estamos sin Papa... pero Jesús guía a la Iglesia - Alfa y Omega

Estamos sin Papa... pero Jesús guía a la Iglesia

María Martínez López
Adios de los niños al Papa: «No estás solo, también yo estoy contigo»

Cuando el sacerdote les preguntó, en Misa de niños, cómo se llamaba el Papa, Edu contestó que «no se llama de ninguna manera, porque ya no hay Papa». Edu está en un grupo de Junior de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, de Hoyo de Manzanares. El domingo pasado, les hicimos una visita, para que nos cuenten cómo han visto ellos este momento tan significativo para la Iglesia.

Nuestros amigos de Hoyo de Manzanares

La renuncia de Benedicto XVI –explica Edu– es una noticia «muy importante, porque muy pocos Papas han renunciado». Lucía y Laura cuentan que ha dejado de ser Papa «porque se lo ha pedido Dios», y ha visto que estaba muy mayor y no tenía fuerzas para seguir dirigiendo la Iglesia. Después de una semana muy bonita, en la que se ha despedido de todos, el jueves pasado «se fue del Vaticano en un helicóptero» que lo llevó hasta Castel Gandolfo, «y luego salió al balcón y habló un poco» para despedirse por última vez. Benedicto XVI pasará un tiempo en este lugar, donde hasta ahora iba sólo en vacaciones. Allí, esperará a que terminen las obras en el monasterio del Vaticano donde se irá a vivir definitivamente. En él, se dedicará a rezar por la Iglesia y por todos nosotros.

—«Una buena persona que sepa dirigir la Iglesia y tratar bien a la gente» (Elena).

—«Que sepa muchas cosas sobre Jesús y sepa escuchar a Dios» (Alba).

—«Que sea buena persona» (Andrés y Diego).

—«Que sea generoso» (Edu).

—«Que no sea viejo; porque si lo es, otra vez se nos va a ir pronto» (Lucía).

Ahora, en vez de ser Papa tiene un nombre nuevo un poco raro, Papa emérito, que significa que «antes era el sucesor de Pedro y ahora ya no», explica Andrés. ¿Y qué pasa a partir de ahora? «No es que la Iglesia se acabe, pero no hay nadie para dirigirla»; sólo los sacerdotes, responde Elena, y Alba añade que «también los obispos». Sin embargo, durante sus últimos días como Papa, Benedicto XVI no se cansó de repetir que en realidad siempre es Jesús quien guía a la Iglesia, y por eso debemos estar alegres y confiar en Dios, también en estos momentos.

En las próximas semanas, tendremos un nuevo Papa. Lucía explica que lo elegirán los cardenales. Este proceso se llama Cónclave y, mientras dure, «todos los cardenales están en una sala, y hasta que no lo hayan elegido» con los suficientes votos, no habrá Papa, aclara Edu. Aunque resulte extraño, todos estos chicos están participando ya en el Cónclave, porque ya están rezando por los cardenales que van a participar en él. Piden a Dios «que salga un buen Papa», dice Elena. Alba le pide también «que cuide a Benedicto XVI». Al mismo tiempo, dan gracias por él, porque –recuerda Diego– «ha sido un buen Papa que sabía dirigir bien la Iglesia».

Cuando termine el Cónclave –podéis leer que es aquí–, ya habrá Papa. Benedicto XVI, al despedirse de los cardenales el mismo día que dejó el Vaticano, fue el primero en prometerle obediencia. Y todos los chicos del grupo de Junior de Hoyo de Manzanares están convencidos de que vamos a quererle tanto como a Benedicto.

«Todas las noches rezamos por el nuevo Papa»

Otros niños que, estos días, han tenido oportunidad de comentar la despedida de Benedicto XVI y la llegada de un nuevo Papa son los que participan en el programa infantil de Radio María La hora feliz. Uno de ellos es Luis Grau, de diez años. De la renuncia de Benedicto XVI, nos comenta que «me ha dado pena, y ha sido un poco raro, porque normalmente los Papas no renuncian hasta que se mueren. Dice que ya no tiene fuerzas, y que se siente muy mayor». De su despedida, lo que más recuerda es cómo la Guardia Suiza cerró el palacio de Castel Gandolfo, y se fue. A partir de ahora, Benedicto XVI vivirá «dentro del Vaticano hasta que se muera, y ya no podrá mandar».

Luis espera que los cardenales «elijan bien y con sabiduría. Todas las noches en casa rezamos por ello». Le gustaría que el nuevo Papa «fuera un poquito joven, para que durase. También que fuera español, y que viajara muchísimo para hablar con todos. Sería muy bonito que bautizara y diera la Comunión a muchas personas en sus viajes. Si me pasara a mí, me desmayaría de la ilusión».