Hay que meterse sirviendo a los demás - Alfa y Omega

Hay que meterse sirviendo a los demás

La Iglesia católica –o, más bien, el mundo entero– se prepara para vivir la primera Semana Santa presidida por el Papa Francisco. Serán días llenos de acontecimientos del más profundo significado religioso, que han suscitado enormes expectativas

Jesús Colina. Roma
El Papa besa el Crucifijo, el domingo pasado, en la iglesia parroquial de Santa Ana, en Roma

Cada Papa tiene su estilo de oración y celebración litúrgica y, como es normal, el Papa Francisco mostrará el suyo al presidir las celebraciones de la Semana Santa en el Vaticano, que comienzan con el Domingo de Ramos y concluirán con la bendición Urbi et Orbi desde la fachada de la basílica de San Pedro del Vaticano, el Domingo de Resurrección.

En Buenos Aires, el Jueves Santo era uno de los días más esperados. El año pasado, por ejemplo, el cardenal arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Iglesia en Argentina lavó los pies a doce jóvenes que intentaban recuperarse de la adicción a las drogas, repitiendo el gesto que Jesucristo tuvo con los discípulos en la Última Cena.

El purpurado porteño presidió la Misa de la Cena del Señor en el Hogar de Cristo Don Bosco, de la parroquia Santa María Madre del Pueblo, ubicada en una villa humilde, en el Bajo Flores porteño.

«¡Cuánta gente hoy se lava las manos ante los problemas de los demás! Frente a tantas situaciones difíciles, de enfermedad, de injusticia, de falta de oportunidades y muchas otras, miran para otro lado o, como se dice ahora, se hacen los distraídos. No se meten. Y no debe ser así; Jesús nos enseña que hay que meterse. Hay que meterse sirviendo a los demás», dijo en la homilía.

El cardenal Bergoglio se arrodilló frente a doce jóvenes que asistían a un centro de desintoxicación, reviviendo el mandato que Jesús dio a sus discípulos en la Última Cena, un gesto que caracterizó su forma de celebrar la Semana Santa desde que asumió el gobierno pastoral de la archidiócesis de Buenos Aires, en febrero de 1998.

Desde entonces, Bergoglio visitó en forma sucesiva a personas afectadas por el sida en el Hospital Muñiz, a presos de la cárcel Villa Devoto, a niños enfermos con padecimientos crónicos, del hospital Ricardo Gutiérrez, y a adolescentes provenientes de la villa 21-24 y del Barrio Zabaleta, entre otros.

El Papa durante la celebración del Jueves Santo, en Buenos Aires

Con la mirada puesta en la JMJ Río de Janeiro 2013

Durante esta Semana Santa, el Papa podrá vivir otro de sus momentos preferidos como pastor: la concelebración de la Santa Misa Crismal con todos los sacerdotes de la diócesis de Roma. De hecho, en todos estos días se ha presentado como obispo de Roma, y para él los sacerdotes han sido siempre su preocupación primera como pastor. Será, por tanto, una celebración cargada de afecto y de proyectos.

El resto de las celebraciones previstas seguirán los momentos típicos de la Semana Santa en Roma, en particular el vía crucis en el Coliseo en la noche del Viernes Santo, en el que el Papa cargará con la cruz durante algunas estaciones.

La Semana Santa comenzará este Domingo de Ramos de la mejor manera, pues en las diócesis del mundo, incluida Roma, se celebra la Jornada Mundial de la Juventud, como preparación a las Jornadas que él mismo presidirá en Río de Janeiro y que culminarán el 28 de julio.

La elección del Papa Francisco ha suscitado auténtico entusiasmo entre los organizadores de la Jornada Mundial, la diócesis de Río de Janeiro, pues, como es lógico, el nombramiento del nuevo Papa ha creado una auténtica expectativa, y además Río se llenará de jóvenes argentinos que querrán ver a su Papa compatriota.

Encuentro con Benedicto XVI

Antes del inicio de la Semana Santa, el Papa tendrá dos encuentros sumamente importantes para mostrar el tono espiritual de este pontificado.

Mañana por la mañana, se reunirá con los embajadores de los 179 Estados que mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede. En el encuentro, mostrará la visión franciscana que imprimirá a su acción diplomática, una diplomacia basada ciertamente en la defensa de la dignidad humana, con ese espíritu de sencillez que ya ha mostrado en estos primeros días de pontificado.

Después, el sábado, visitará al Papa emérito, Benedicto XVI, en la residencia pontificia de Castel Gandolfo. Nada más ser elegido sucesor de Pedro, el Papa Francisco le llamó por teléfono y ahora quiere ir a visitarle personalmente. Se trata de un encuentro cargado de emoción, pero que, obviamente, será de una ayuda enorme para el nuevo Pontífice: por primera vez, un Papa puede contar con el consejo y la experiencia de un Papa emérito; un encuentro sin precedentes en la Historia.