«Ser católicos nos obliga a ser mejores» - Alfa y Omega

«Ser católicos nos obliga a ser mejores»

El Colegio Católico San Juan Evangelista, el más moderno de España, surgió hace dos años, por iniciativa de monseñor Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares. «Quiero que ahí se viva el mensaje de Cristo, y pongo a disposición del proyecto a esta diócesis y a este obispo para que salga adelante», dijo el obispo a los promotores. Hoy, el primer colegio diocesano de Alcalá aspira a convertirse en el mejor colegio de España, con un ideario 100 % católico

José Calderero de Aldecoa
Alumnos del colegio rezando ante el icono de la Virgen de Czestochowa, durante su peregrinación ‘De océano a océano’

El Colegio Católico San Juan Evangelista, situado en Torrejón de Ardoz, aspira a ser el mejor colegio de España, «y a ilusión no nos gana nadie», declara su promotor, don Enrique José Martín. Para él, el hecho de que en el nombre del colegio esté la palabra católico «es toda una declaración de intenciones, porque nosotros estamos muy orgullosos de ser católicos, sin ninguna estridencia. Es un catolicismo que vivimos nosotros y queremos que aprendan a vivir nuestros alumnos, de forma sencilla y natural». Todo se fundamenta en que, «cuando conoces a Cristo, inmediatamente encuentras el aceite del motor, la solución a todos los problemas, en casa, en el aula, en la familia. Y esto, que es una realidad sencilla, tiene una gran responsabilidad y una profundidad absoluta», asegura don Enrique.

Todo surgió hace dos años, por el impulso de monseñor Juan Antonio Reig Plà, obispo de Alcalá de Henares. Al tomar posesión, el obispo pensó que necesitaba tener en su diócesis un buen colegio católico, «y entonces nos llamó para ponerlo en marcha», asegura el señor Martín. Y continúa: «Don Juan Antonio lo dejó en nuestras manos para que lo desarrolláramos, y nos dijo: Lo que me interesa es que ahí se viva el mensaje de Cristo. No me interesa la propiedad, ni nada parecido. Pongo al servicio del proyecto a esta diócesis y a este obispo para que salga adelante y podamos formar personas buenas». Monseñor Reig Plà puso el proyecto del nuevo colegio diocesano en las manos de Grundstein, empresa formada por don Enrique José Martín y don Juan Antonio Perteguer, y es a partir de entonces, explica don Enrique, «cuando en cinco meses se construye el colegio más moderno de España».

El edificio

Se trata de un edificio moderno, innovador y práctico. El tratamiento de la luz y el bioclimatismo son los pilares fundamentales sobre los que se sustenta el concepto del proyecto arquitectónico, que está totalmente pensado —hasta sus últimos detalles— para favorecer el proyecto educativo.

Educación personalizada

El edificio es el espacio adecuado; el cimiento sobre el que se construye un proyecto educativo puntero está basado en una concepción educativa también puntera: la educación personalizada. «Se fundamenta en el conocimiento profundo de cada uno de nuestros alumnos para, de esta manera, poder potenciar sus virtudes y ayudarles mejor en sus dificultades», explica el promotor. Su metodología sorprende por su eficacia. La realidad es que los niños aprenden en un ambiente de alegría, esfuerzo, trabajo y responsabilidad.

De forma práctica, en el colegio se desarrolla una educación en virtudes cristianas, «respeto, compañerismo, puntualidad, generosidad, deportividad, cuidado de las cosas materiales, prudencia, justicia, templanza y fortaleza. En definitiva, aulas que plantean ser una ampliación de sus hogares, con un equilibrio que permita su desarrollo como personas en plenitud, pues entendemos como prioritarios los planos intelectual, humano y espiritual», aseguran desde el colegio.

El colegio, una familia

Para don Enrique, «un colegio es una familia; la integran padres, profesores y alumnos. Ese triángulo tiene que estar unido. Si no hay coherencia entre los tres, quiebra, y, como un trípode en el que falla una pata, se cae. Los padres, como primeros educadores, deben poder llevar a sus hijos a un colegio que sea coherente con lo que enseñan en casa. Los profesores tienen que colaborar con los padres y estar en coherencia. Y todo desde una perspectiva católica: ser católicos nos obliga a ser mejores. En todo lo que hacemos, intentamos ser los mejores. Por eso aquí intentamos hacer el bien y hacerlo bien. Todas las decisiones se toman desde un punto de vista cristiano, siguiendo el ejemplo de Jesús».