Josh Radnor: «Hoy, nos sobra tecnología» - Alfa y Omega

Josh Radnor: «Hoy, nos sobra tecnología»

Después de Happy Thank you more please, Josh Radnor vuelve a sorprender con Amor y letras, comedia sobre el proceso de maduración en la sociedad del síndrome de Peter Pan. «Antes, rebelarse era hacer lo que querías —dice el director en esta entrevista para Alfa y Omega y Fila Siete—; la auténtica rebelión ahora es imponerse a sí mismo límites»

Juan Orellana
Fotograma de la película ‘Amor y letras’

Su película tiene personajes de varias generaciones, que viven las crisis y confusiones modernas que vemos en otras películas, pero, en las suyas, la última palabra no la tiene el desconcierto, ni el síndrome de Peter Pan. Sus personajes maduran, crecen como personas, toman decisiones claras y constructivas. ¿Se sentiría cómodo si se le considerara un Capra posmoderno?
Es una frase muy amable, gracias… ¡Un Capra posmoderno! Yo suelo evitar las etiquetas, pero siempre acudimos al pasado para explicar el presente… Me siento halagado. Convengo con usted en el primer punto, mis personajes no se quedan anclados. Me decepcionan las películas en las que se presenta un conflicto y el problema siempre empeora… Me interesa la evolución de mis personajes, quiero ver cómo crecen, verlos salir adelante, mejorar su situación y su visión de la vida. Para mí esto es importante y lo llamo encontrar el acorde, como en música; se puede tener una discordancia, pero quiero que la nota final sea armónica. Eso es muy importante para la obra que estoy creando. Pero, efectivamente, hoy existe ese desconcierto del que habla… Es una característica de la modernidad, exacerbada por los teléfonos móviles…, por todo ese ajetreo tecnológico… ¡Esperamos demasiado de la tecnología! La tecnología ¿nos deja más tiempo para todo lo que es importante en la vida? La realidad es que lo dificulta, crea una falsa sensación de estar conectado con los demás… Creo que el antídoto para nuestro moderno desconcierto no es más tecnología, ni más píldoras; es algo que está en nuestro interior y que tendremos que descubrir.

Josh Radnor con don Juan Orellana, tras la entrevista

Su personaje dice: «Creo en las consecuencias», y por ello llega a tomar decisiones heroicas. Sin embargo, el criterio dominante hoy parece ser el carpe diem.
Esa noción del carpe diem puede contaminarse y corromperse: se convierte en puedo coger todo lo que me apetezca, sea lo que sea. Y no se presta atención a las consecuencias que pueden venir de esas acciones. Mis películas hablan muy directamente de estas cosas. Hoy en día, la mayoría de las películas en las que hay una relación entre personas con una importante diferencia de edad tratan de una furiosa relación carnal y de la justificación de la misma. Ésa no es mi película. Cuando se ve el poster de Amor y letras, se puede creer que es una historia de amor-sexo al uso. Pues no, ésa no es mi película. Antes, rebelarse era hacer lo que querías; la auténtica rebelión ahora es imponerse a sí mismo ciertos límites, límites que sólo uno puede imponerse al decidir lo que es adecuado y lo que no lo es. Lo que yo hago es poner a los personajes en unas situaciones en las que ellos tienen que hacerse las grandes preguntas y decidir esos límites. Se trata de un proceso muy espiritual.

¿Espiritual, o trascendente?
Ciertamente hay una búsqueda de algo trascendente, pero a mí me gusta decir espiritual. Claramente eso está en el fondo de mis dos películas: esa búsqueda de un significado más profundo de la existencia, de lo que está detrás. Vivimos un racionalismo que nos hace decir que sólo es real lo que podemos medir, pero para una persona con perspectiva metafísica, hay un amplio mundo que no podemos medir, pero que es real. Decía antes que el antídoto para el desconcierto es algo en nuestro interior que tendremos que descubrir, algo profundo. Hay quienes lo llaman Dios, o Poder de lo Alto, o Amor, una palabra muy fuerte asociada con Él.

Juan Orellana y Alberto Fijo

Amor y letras

El cineasta de Ohio Josh Radnor, que sorprendió con su debut en Happy Thank you more please, vuelve a dejar el listón alto con Amor y letras, que él escribe, produce, dirige e interpreta con gran solvencia. Esta comedia indie, que recuerda al mejor Woody Allen en su amor por Nueva York, cuenta el proceso de maduración de unos personajes que han nacido en la posmoderna sociedad del síndrome de Peter Pan. Jesse (Josh Radnor) es un profesor universitario de Nueva York enamorado de la literatura gracias a dos profesores que tuvo durante la carrera. Viaja a Ohio, a la Universidad donde estudió, para asistir al homenaje a uno de sus maestros, el recién jubilado profesor Hoberg (Richard Jenkins). Allí conoce a una joven estudiante de segundo de carrera, Zibby (Elizabeth Olsen), y entre ellos nace una química que termina en mutuo enamoramiento.

Lo que arranca como una clásica comedia romántica se convierte en una hermosa reflexión sobre lo que significa vivir el presente, dando la espalda a la tentación de la adolescencia eterna. El proceso de envejecer es el centro de atención de una cinta a contracorriente, que valora la sabiduría de la madurez por encima de una idílica concepción de la juventud. Al margen de esto, Amor y letras es un homenaje a la profesión docente, una reivindicación de la buena literatura y una exaltación de la belleza de la música clásica. Toda la cinta está atravesada de una experiencia positiva de la vida, e incluso se encuentran sutiles gestos de religiosidad.

J. O.