La Iglesia en Costa Rica espera «un semillero de vocaciones» tras ordenar al primer indígena - Alfa y Omega

La Iglesia en Costa Rica espera «un semillero de vocaciones» tras ordenar al primer indígena

Austin Torres, originario de las montañas de Amburi, debe su vocación al testimonio de los misioneros alemanes que predicaron el Evangelio y trabajaron por la región de Talamanca, en Costa Rica. El hito de su ordenación como primer sacerdote indígena del país es «la respuesta a la llamada que nos hace el Señor a cada uno

María Martínez López
Foto: www.lateja.cr

La ordenación del primer sacerdote indígena de Costa Rica es «la respuesta al llamado que nos hace el Señor a cada uno». La define así su protagonista, el ya padre Austin Torres. Torres, religioso vicenciano, recibió el presbiterado el sábado de la mano de monseñor Javier Román, obispo de Limón. El domingo celebró su primera Misa en la parroquia Santiago Apóstol, en las montañas de Amburi (Talamanca).

A ambas celebraciones acudieron fieles de los 30 poblados a los que sirve esta comunidad, además de creyentes de todo el país y compañeros y profesores del seminario en el que se formó. «Es una gran alegría, no solo para la comunidad, sino para toda la congregación vicentina –aseguró Torres en declaraciones a radio Fides– y también es un enriquecimiento para toda la Iglesia».

«Estoy muy contento, muy feliz de poder de imponer las manos a Austin», aseguró durante la ordenación monseñor Román. En Amburi solo había habido hasta ahora una ordenación antes, hace 35 años. El obispo compartió su esperanza de que «esta ordenación sea el inicio de un gran semillero acá en Talamanca, no solamente para los vicentinos sino para la misma diócesis, ya que hay muchachos con muchas inquietudes y esperamos encaminarlos para ver si Dios los está llamando».

Foto: www.lateja.cr

Por eso, exhortó al ordenando a «dar un testimonio bastante fuerte y seguir el testimonio de aquellos dos grandes sacerdotes que han dado la vida por Talamanca». El obispo se refería sobre todo al vicenciano alemán Bernardito Koch Küber, que Torres afirma que influyó mucho en su vocación. Fallecido en febrero del año pasado, es recordado todavía por la comunidad como el profesor que enseñó a muchos de ellos a leer y escribir.

Costarricense de adopción

Otro Bernardo significativo en la historia de la Iglesia en el país es Bernardo Thiel, misionero lazarista alemán, que llegó a Costa Rica en 1877. Tres años después, fue nombrado segundo obispo de la diócesis del mismo nombre.

Dispuesto a entregarse totalmente al pueblo costarricense, renunció a su nacionalidad alemana y pidió la de su tierra de adopción. Su episcopado, que se prolongó hasta su muerte en 1901, estuvo interrumpido entre 1884 y 1886 al ser expulsado del país, junto con varias congregaciones religiosas, a raíz de sus discrepancias con el Gobierno liberal.

La ordenación sacerdotal del primer indígena costarricense se produce pocas semanas antes del inicio de un Año Jubilar en el país con motivo del centenario de la creación de su provincia eclesiástica. El 16 de febrero de 1921, el Papa Benedicto XV elevó la diócesis de San José a sede metropolitana y creó las diócesis de Limón y Alajuela, sufragáneas de esta. Son las tres primeras de las ocho diócesis que en la actualidad configuran la Iglesia en el país.