Unidad para un mundo fracturado - Alfa y Omega

Unidad para un mundo fracturado

La archidiócesis de Madrid desarrollará un extenso programa de actos con motivo de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en un momento delicado para el ecumenismo

José Calderero de Aldecoa
Clausura de la SOUC de 2016 en la catedral de la Almudena. Foto: Archimadrid/Miguel Hernández Santos

Si a la Tercera Guerra Mundial a cachitos, ampliamente denunciada por Francisco, se le suman el brexit, el conflicto entre los ortodoxos en Rusia y Ucrania, el cerrojazo de Europa a los inmigrantes, la fragmentación cada vez más evidente de los parlamentos y tantos otros conflictos de la actualidad, se aprecia «hasta qué punto el mundo está hoy fracturado y cuán importante es por ello la unidad», asegura María José Delgado, superiora general de las Misioneras de la Unidad.

Frente a este diagnóstico, y en un momento en el que «el ecumenismo no pasa por su mejor momento», según Delgado, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (SOUC) —convocada del 18 al 25 de enero por el Vaticano y el Consejo Mundial de Iglesias— «se presenta como un signo elocuente para que el mundo pueda dejar atrás la división y pueda retornar a la senda de la fraternidad», añade Jaime López Peñalba, director académico del Centro Ecuménico Julián García Hernando, institución creada precisamente por las Misioneras de la Unidad, pero que en 2016 pasó a integrarse en la estructura diocesana de Madrid.

Lejos de la unidad

Para los obispos de la Comisión de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española, esta semana «nos devuelve a una realidad que olvidamos con demasiada frecuencia: que los cristianos estamos lejos de la unidad que Cristo quiso para su Iglesia», recuerdan en su mensaje con motivo de la SOUC.

Asimismo, los prelados reflexionan sobre el tema propuesto para la edición de este año —que se detiene en el naufragio de Pablo en el Mediterráneo y la acogida que le brindaron los malteses—, y aseguran que «este relato contrastado con la realidad de cada día es una fuerte llamada a la unidad de acción de todos los cristianos, para que tratemos con solícita humanidad a cuantos nos piden ayuda».

Desterrar prejuicios

Este es el mismo espíritu con el que afrontan las relaciones ecuménicas en la diócesis de Málaga, donde existen 26 confesiones cristianas diferentes con las que «trabajamos todo el año en cuestiones que nos afectan a todos» y principalmente «en proyectos de colaboración para la atención y acogida de inmigrantes», explica Rafael Vázquez, delegado de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de Málaga y actual director del Secretariado de la Comisión de Relaciones Interconfesionales de la CEE.

Además, para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos la diócesis malacitana ha organizado «un programa con celebraciones todos los días. Llevamos trabajando este tema desde los años 80. Lo vivimos como un momento de encuentro con los fieles y ayuda para que la gente se conozca, se liberen prejuicios y todos nos demos cuenta de que hay muchas cosas que podemos hacer en común», asegura Vázquez.

Consensuado y extenso

En la capital, la SOUC cuenta con «un programa consensuado y extenso de actos», gracias al «esfuerzo de algunas personas» y, en especial, de «las Misioneras de la Unidad», explica el todavía delegado de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de Madrid, Manuel Barrios. Son ellas las que en esta ocasión han estado más pendientes de la organización de los actos ante la cada vez más abultada carga de trabajo de Barrios, que el 1 de septiembre asumió el cargo de secretario general de la COMECE.

El programa, que se extiende a lo largo de toda la semana, comenzará el sábado 18 de enero en la Iglesia evangélica Cristo vive (Gran Vía de Hortaleza, 30) con una celebración ecuménica de jóvenes a las 20:00 horas y concluirá una semana más tarde, a la misma hora, en la catedral de la Almudena, con una celebración presidida por el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, y en la que predicará Constantin Serban, asesor de diálogo intercristiano e interreligioso del Obispado ortodoxo rumano de España y Portugal. Entre medias, en diferentes templos cristianos de la capital también predicarán el arzobispo vicario patriarcal para España de la Iglesia ortodoxa siria, Nicolais Matti Abd Alahad; el pastor evangélico Simon Wolfgang Döbrich; la pastora Melanie Mitchell, de la Community Church de Madrid, y los propios Manuel Barrios —el viernes 24 a las 20:00 horas en la catedral de la Entrada en el Templo de la Santa Madre de Dios (Tubas, 9)— y Jaime López Peñalba —el miércoles 22 a las 20:00 horas en la comunidad luterana de la Friedenskirche (paseo de la Castellana, 6)—.

Multiculturalidad reinante

La sucesión de actos es más significativa todavía teniendo en cuenta que se va a celebrar en el contexto de «una situación ecuménica que se ha vuelto muy complicada» en la capital, alerta Barrios.

En una sociedad cada vez más multicultural como la madrileña, la Iglesia católica ha tenido que «aprender a relacionarse cada vez con más frecuencia con cristianos de otras confesiones», añade el director académico del Centro Ecuménico Julián García Hernando. Y en esta experiencia desconocida «no son pocos, sobre todo en las bases eclesiales, los que se han dejado llevar por las dos grandes tentaciones que afectan al ecumenismo»: el sincretismo y su contrario, la de creerse en exclusiva en posesión de la verdad y sentirse amenazados por el resto. Frente a esto, Peñalba define el ecumenismo como «toda la acción de la Iglesia que promueve la unidad plena y visible en la confesión común de la fe, la celebración común de los sacramentos y la vida común en fraternidad».

Ecumenismo de mesa

Desde el centro se trabaja en este sentido principalmente a nivel académico y divulgativo, pero su director académico también practica otro tipo de ecumenismo, el de las relaciones personales. Así, Jaime López Peñalba recuerda con cariño «cómo el ministerio de intercesión de la comunidad de un pastor luterano amigo se echó a la espalda una oración constante por unos amigos personales cuya hija había nacido muy malita».

En el caso de las Misioneras de la Unidad, a este tipo de ecumenismo lo llaman «de mesa» y lo aprendieron de su fundador, Julián García Hernando. «Hemos estado en entierros, en bodas, cuando se han bautizado o confirmado los propios pastores o sus familias. Por ejemplo, con la familia Goflin comíamos todos los domingos. Recuerdo que, en vez de agua, ellos bebían leche. Hemos visto a sus hijos crecer», rememora María José Delgado, que con 78 años lleva más de 55 dentro del instituto y que concluye la conversación con Alfa y Omega alabando las «maravillas que está haciendo el Papa en el ecumenismo».