Miguel García-Baró, coordinador del Proyecto Repara: «Lo primero es la escucha a la persona»
¿Cómo se mete un filósofo en este berenjenal?
Fue una petición directa del cardenal Osoro. He pasado parte de mi vida reclamando un papel más activo de los laicos en la Iglesia y, cuando me enteré de qué se quería hacer, no dudé ni un momento en que debía aceptar.
Es cierto que algunos se preguntarán por qué no se ha puesto al frente a un psicólogo, por ejemplo, pero dentro del equipo los hay. Me acompaña gente de mucho prestigio: juristas y psicólogos con mucha experiencia, profesores universitarios de largo recorrido… Dada mi trayectoria académica, personalmente estaré más volcado en labores de coordinación y en toda la parte de prevención y formación, donde sí puedo tener algunas iniciativas quizá nuevas.
¿Qué sentido tiene este proyecto?
Es importante porque muestra que la Iglesia afronta las cuestiones decisivas con mucho valor y mucha transparencia. Se ha planteado Repara en el sentido que el Papa da también a la palabra abuso. Es verdad que los abusos sexuales están en primer término, pero los abusos de conciencia y los abusos de autoridad son también problemas que abordará Repara.
Lo primero que queremos es reconocer todo lo que exista de malo. Una vez que hayamos reconocido la situación, lo segundo es precisamente atender. Y luego también se van a dedicar grandes esfuerzos a la prevención y a mejorar la formación. Lo entusiasmante del proyecto es lo que tiene de futuro: hay un cambio radical en el modo en que la Iglesia ha afrontado estos temas.
¿Está diciendo que se hacían las cosas mal hasta ahora?
Me consta que desde hace unos pocos años ha habido una buena praxis en Madrid, pero no una atención tan global y sistematizada como la que ponemos en marcha ahora. Y mucho menos abierta a todo tipo de víctimas.
¿Qué proceso se va a seguir ahora?
Lo primero es la escucha a la persona, que puede ser víctima de abusos de cualquier tipo en cualquier ámbito, para calibrar qué tipo de ayuda necesita, si es psicológica o si se trata solo de acompañar el proceso jurídico que quiera entablar o si lo que requiere es acompañamiento espiritual.
¿Cómo se va a cooperar con la Justicia?
Repara se compromete al más escrupuloso cumplimiento de la legislación vigente, por lo que en los casos en que haya denuncia por abusos contra menores, se procederá en los términos exigidos por la Ley de Protección Jurídica del Menor y se comunicará a la Fiscalía. En el caso de que los afectados sean adultos, siempre se les ofrecerá la posibilidad de denuncia civil y, en todo caso que afecte a clérigos, se dará traslado a la Comisión de Procesos Canónicos.
¿Se van a atender también sucesos antiguos?
Sí, Repara atenderá también a víctimas de delitos civiles o canónicos prescritos o que no se denunciaron por las razones que fuere, con independencia del tiempo en que fueron cometidos. En este sentido, no hay ningún problema en atender abusos perpetrados hace 30 o 40 años. Naturalmente, si se presenta una denuncia por hechos antiguos, la persona será atendida en lo que precise para su sanación y se iniciará investigación sobre los hechos denunciados.
¿Y casos de otras diócesis?
En el plano jurídico canónico, se derivaría a la diócesis correspondiente, que tiene jurisdicción y competencia. Pero sí estaríamos abiertos por ejemplo a atender a una persona que viva en Madrid aunque el caso se tramitase en otro lado. Siempre nos regiremos por el principio de interés superior de la víctima.
¿Temen un aluvión de casos?
No, pero ciertamente tenemos poca información documentada. Lo que nos importa es la verdad, que es la que nos hace libres como dice Jesús.
Me decía que usted, por su experiencia, estará más volcado en labores de formación. ¿Qué van a hacer?
Es cierto que ha podido haber fallos en la formación de clérigos o personas vinculadas a instituciones religiosas, en el ámbito afectivo pero también en la forma de concebir el ministerio, y se necesita una intervención más intensa.
Además de trabajar en el Seminario, vamos a formar a personas de la diócesis, en colegios diocesanos, parroquias, etc., y dar una especie de sello Repara para garantizar espacios seguros. En este sentido, va a ser también una forma de reconocer el excelente trabajo que realizan ya tantos y tantos sacerdotes y agentes de pastoral.