El Gobierno y todos los grupos opositores de Sudán del Sur acuerdan un alto el fuego - Alfa y Omega

El Gobierno y todos los grupos opositores de Sudán del Sur acuerdan un alto el fuego

Este miércoles cesarán las hostilidades en Sudán del Sur. Lo contempla la Declaración de Roma, firmada el lunes en la sede de la Comunidad de Sant’Egidio. Se trata del primer acuerdo en el que participan, además del Gobierno, todos los movimientos opositores del país

María Martínez López
Foto: AFP/Alberto Pizzoli

«El gesto del Papa de besar los pies» a los representantes de las distintas facciones del conflicto en Sudán del Sur «nos inspiró». Lo reconoció el lunes Pa’gan Amum Okiech, portavoz de SSOMA. Bajo estas siglas se reúnen los movimientos de oposición que no participaron en el acuerdo de paz firmado en 2018 en Addis Abeba (Etiopía).

Después del gesto de Francisco, con el que el Pontífice cerró el 11 de abril un retirode oración celebrado en Roma, el SSOMA sí ha participado en el encuentro auspiciado por la Comunidad de Sant’Egidio en su sede de Roma. Y, junto con una delegación del Gobierno central sursudanés y los grupos que participaron en las negociaciones de 2018 (SPLM-IO y NDM), firmó el lunes la Declaración de Roma, un primer acuerdo para que las hostilidades y enfrentamientos cesen a partir de este miércoles.

Se comprometen además a seguir dialogando y a facilitar de forma continua e ininterrumpida el acceso y el trabajo de entidades locales e internacionales y de organizaciones humanitarias. A las heridas que la guerra ha ido dejando en el país, se han sumado en las últimas semanas terribles inundaciones.

«Hemos buscado lo que nos une»

«El alto el fuego es necesario para reconstruir la confianza y la esperanza en nuestro pueblo», ha asegurado en la presentación de la declaración Barnaba Marial Benjamin, enviado del presidente Salva Kir. «Hemos seguido la invitación del Papa Francisco a dejar de lado las diferencias y buscar lo que nos une», método que comparte Sant’Egidio. A partir de ese cambio de mentalidad, «ha sido posible reconocer la historia común» que comparten.

El opositor Okiech ha reconocido que «ha llegado el tiempo de poner fin a las hostilidades y de aprender de nuestros errores», en un proceso que espera que sea «inclusivo para todos». «Nos queda mucho camino que recorrer —ha añadido Benjamin—. No nos abandonéis, continuad vuestra colaboración con nosotros», ha pedido a Sant’Egidio.

El secretario general de la comunidad, Paolo Impagliazzo, se ha comprometido a ello, y ha anunciado una nueva reunión para fijar el calendario del diálogo político propiamente dicho. De momento, lo logrado «tiene una grandísima importancia porque es resultado de un trabajo intenso que ha durado dos años. Significa un renacer para este país y la posibilidad de un diálogo político».

La Iglesia, compañera de camino

Sudán del Sur, el país más joven del mundo, cumplirá el año que viene su primera década de vida. Poco duró la alegría cuando las regiones del sur de Sudán, mayoritariamente cristianas y animistas, lograron la independencia del norte musulmán en 2011. El país no había tenido tiempo de construirse cuando en 2013 estalló una guerra civil entre los partidarios del presidente, Salva Kir, y los de su exvicepresidente, erigido en líder del Ejército de Liberación del Pueblo, Riek Machar.

La Santa Sede ha seguido este doloroso camino con gran interés. De hecho, el Papa Francisco ha apostado personalmente en diversas ocasiones por el proceso de paz. Una de las más destacadas fue en febrero de 2017, cuando anunció su intención de viajar al país junto con el arzobispo de Canterbury y primado anglicano, Justin Welby.

El estancamiento del proceso de paz obligó a la Iglesia a posponer el viaje sine die. Michel Roy, secretario general de Caritas Internationalis, explicó a Alfa y Omega que Francisco quería ir «si el viaje sirve de algo. Su presencia puede ser útil solo si el diálogo comienza de nuevo». Ante la futilidad de viajar por aquel entonces, el Santo Padre lanzó la campaña El Papa por Sudán del Sur. Con su donativo de medio millón de euros que financiaron dos hospitales, 16 becas y semillas para 2.500 familias.

Oración para alcanzar la paz

Pero la gran baza de Francisco y de la Iglesia local ha sido la oración: hacer que recen por la paz en este país personas de todo el mundo… y los propios responsables del conflicto. Todavía en 2017, en noviembre, el Pontífice convocó en la basílica de San Pedro una vigilia de oración por la paz en Sudán del Sur y en la República Democrática del Congo. Cuatro meses después, invitó a todo el mundo a unirse en oración y ayuno por esta intención.

En su mensaje de agradecimiento por esta última iniciativa, los obispos del país lanzaban la idea de reunir a los líderes de los distintos bandos en conflicto para ayudarles, por medio de la oración, a sanar sus heridas. Después de algunos intentos en el país, se logró convocarlos al retiro que tuvo lugar el 11 de abril en el Vaticano, y que se saldó con la impactante foto de Francisco arrodillado a los pies de los participantes.

El último empujón del Papa fue el mensaje que él, Justin Welby y John Chalmers, exmoderador de la Iglesia Presbiteriana de Escocia, enviaron de forma conjunta a los líderes políticos el 25 de diciembre, expresándoles sus buenos deseos de Navidad y su cercanía con motivo del proceso de paz en marcha, para el que prometieron sus oraciones.