Los obispos venezolanos: «Vivimos en un régimen totalitario e inhumano» - Alfa y Omega

Los obispos venezolanos: «Vivimos en un régimen totalitario e inhumano»

Es «falsa» y «cínica» la «normalidad» que autoridades y medios del Gobierno difunden. En Venezuela se vive en «un régimen totalitario e inhumano», que se caracteriza «por el menosprecio a la dignidad humana». Son algunas de las líneas del mensaje lanzado por los obispos al término de su Asamblea Plenaria

Cristina Sánchez Aguilar
Foto: AFP Photo/Federico Parra

En la llamada Carta fraterna de los obispos venezolanos a los hermanos en la nación y en la diáspora, los prelados venezolanos vuelven a denunciar la situación que golpea el país, «que, lejos de superarse, se agrava». Se trata, aseguran, «de una crisis social, económica y política que se ha convertido en una emergencia humanitaria moralmente inaceptable, caracterizada por el menosprecio a la dignidad humana, pues viola el derecho fundamental a la vida, a la educación, a la salud, a la integridad y al desarrollo».

Como pastores, los obispos recuerdan a sus hermanos venezolanos que «somos pueblo con ustedes». Por eso, «pueden contar con la Iglesia que continuará apoyando a todos, particularmente a quienes están pasando hambre, desolación, desatención médica, cárcel por motivos políticos, persecución y maltrato de su dignidad». Asimismo, recuerdan que el pueblo debe actuar «con la mirada puesta en el horizonte de los principios y valores fundamentales, sin dejarse manipular por quienes quieren comprar su conciencia con dádivas o con falsas promesas y expectativas».

Asimismo, vuelven a hacerse eco de lo señalado en una carta el pasado mes de julio, en la que afirmaban que Venezuela necesita un cambio que «exige la salida de quien ejerce el poder de forma ilegítima y la elección en el menor tiempo posible de un nuevo Presidente de la República». Para ello, además de pedir el cumplimiento de la Constitución, los obispos exigen «a los miembros de la Fuerza Armada guiarse por la sana conciencia de su deber, sin servir a parcialidades políticas, respetando la dignidad y los derechos de toda la población, como juraron ante Dios y la Patria».

A los venezolanos en la diáspora

«Sean siempre embajadores de la herencia recibida de nuestros antepasados, en especial, el espíritu de solidaridad, la alegría y la fraternidad», piden a los venezolanos emigrados. Asimismo, agradecen «de corazón la acogida que los países e Iglesias del continente y del mundo han brindado a quienes han emigrado para poder sentir la solidaridad y la real posibilidad de un trabajo y una condición que les permita vivir y contribuir con su familia que quedó en Venezuela». «Lamentamos las actuaciones negativas de algunos venezolanos, así como su rechazo en diversos pueblos hermanos», aseguran, y ruegan «a las naciones que los reciben, prestarles los cuidados y atenciones que les permitan vivir con dignidad, aportando lo que pueden y son capaces de hacer».

En una carta clara y contundente, los obispos de Venezuela, «ante la declaración de normalidad que las autoridades y medios de comunicación del Gobierno proclaman y difunden, denunciamos su falsedad y cinismo». «Es inaceptable que un país con inmensas riquezas haya sido empobrecido por la imposición de un sistema ideológico que, lejos de promover el auténtico bienestar, ha vuelto la espalda a sus ciudadanos, por lo que hoy sufrimos el aumento de la desnutrición infantil, la destrucción del aparato productivo y el crecimiento de una especulación agobiante y la corrupción intolerable».

«Vivimos en un régimen totalitario e inhumano en el que se persigue la disidencia política con tortura, represión violenta y asesinatos, a esto se añade la presencia de grupos irregulares bajo la mirada complaciente de las autoridades civiles y militares, la explotación irracional de recursos mineros que destruye amplias extensiones del territorio venezolano, el narcotráfico y la trata de personas», añaden.

Finalmente, sostienen que «el apoyo internacional debe orientarse a exigir al actual gobierno venezolano la realización de elecciones libres y confiables, además de una ayuda solidaria y humanitaria para solventar la situación de emergencia de la mayoría de los venezolanos».