Monseñor Cobo: «¡Arriésgate a seguir la estrella!» - Alfa y Omega

Monseñor Cobo: «¡Arriésgate a seguir la estrella!»

Rodrigo Pinedo
Foto: María Pazos Carretero

¡Arriésgate a seguir la estrella! Iglesia, lánzate a renovar la presencia de Dios, a descubrirlo de forma nueva en este tiempo». Esta fue la invitación que realizó el obispo auxiliar de Madrid monseñor José Cobo a los fieles que acudieron a la catedral en la fiesta de la Epifanía del Señor el pasado lunes, 6 de enero.

Los Magos –dijo– personifican a quienes «a lo largo de la historia se han puesto en camino y se siguen poniendo en camino para adorar y postrarse ante Dios hecho hombre», y su ejemplo es necesario en tiempos en los que muchos no reconocen al Señor. «En medio de las noches de nuestro mundo, de la pobreza de tantos vecinos, de la intransigencia y de la falta de diálogo fraterno, en medio de tantas depresiones y soledades, […] en medio de todo eso, solo algunos son capaces de iniciar un camino para reconocer a Dios y abrir así un camino para todos, sin distinciones», aseveró.

Además, el prelado valoró que los Magos «no viven en la idolatría de lo seguro, de lo que siempre se ha hecho», y alertó de que «la seguridad a veces puede ser un ídolo». «En nuestra sociedad aseguramos todo. […] El miedo nos hace olvidar que la vida a veces se quiebra y que no la controlamos nosotros, que la vida tiene fragilidad y limitación y para eso no hay seguros».

Para «renovar esta peregrinación» tras los Magos, detalló monseñor Cobo, primero hay que «mirar al cielo» y «buscar los destellos», sabiendo que «hay otras luces que nos despistan». Luego, «es necesario salir de las noches y ponerse en camino», un camino que «es largo y poco concurrido». «A menudo nos dicen que se llega mejor solo, pero la experiencia de la Iglesia es que cuando caminamos en comunidad, el camino llega a Dios», explicó.

Hijos de Dios y hermanos

En esta línea, en la fiesta de Santa María, Madre de Dios, y Jornada Mundial de la Paz, celebrada el 1 de enero, el cardenal Osoro recordó que el Señor nos da «el título más bello», el de «hijos de Dios», y que eso nos convierte en «hermanos de todos los hombres». Aludiendo al mensaje del Papa Francisco para la jornada, el arzobispo incidió en que «es necesario que esta humanidad, si quiere lograr la paz, vuelva a Dios» porque «es el único que nos ilumina y nos dice el título que tenemos: hijos».

Como los pastores que fueron a adorar a Jesús, reconoció, «todos tenemos algo en nuestra vida algo que ciertamente no nos identifica con el Hijo, con nuestro Señor», pero con la ayuda de María podemos ver «qué tenemos que hacer para situarnos como verdaderos hijos de Dios». «Que diferencia abismal existe cuando contemplamos al Señor, cuando lo dejamos entrar en nuestro corazón, ¡cuánta paz tenemos y cuánta paz damos!, ¡cuánto perdón entregamos! El Señor cambia nuestra existencia», abundó.