La Iglesia según los laicos - Alfa y Omega

La Iglesia según los laicos

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Cathopic

Las 37.000 personas que están participando en la preparación del Congreso Nacional de Laicos que se va a celebrar del 14 al 16 de febrero en Madrid han elaborado un Instrumentum laboris que pide más corresponsabilidad y eliminar el clericalismo. Durante varios meses, diócesis, congregaciones, movimientos y asociaciones de toda España han estado trabajando sobre un cuestionario para elaborar un documento que reconoce de entrada que hay «una cada vez mayor conciencia de la identidad laical» y de la llamada a «crear minorías creativas que sepan aprovechar las nuevas oportunidades para anunciar a Jesucristo».

Sin embargo, la fotografía que han hecho los grupos de trabajo también constata algunas sombras, como «la pérdida de la centralidad de la Eucaristía en la vida cristiana, el excesivo clericalismo y el escaso protagonismo de la mujer» y, sobre todo, la consideración generalizada de la vocación laical «como una vocación de segunda», lo que conduce «a una visión de la relación sacerdote-laico basada en la oposición, la jerarquización y el paternalismo».

En referencia a los alejados, el texto lanza varias cuestiones para la reflexión: «Tendríamos que preguntarnos qué estamos ofreciendo a las personas que están en búsqueda» y «reflexionar acerca de por qué nuestro mensaje no resulta atractivo», por lo que proponen «salir de nosotros mismos y de nuestras comunidades para dar testimonio» en una pastoral «de la cercanía y del cuidado de las relaciones que debería ser prioritaria. No podemos ceder a la tentación de aislarnos del mundo».

Como laicos, «rehuimos el testimonio de fe ante los demás por miedo o por vergüenza», lamenta el instrumentum laboris, que también menciona otros lastres como el activismo acelerado, la atomización del laicado, la obsolescencia de algunas estructuras eclesiales, el individualismo y la falta de conversión personal.

Algunas soluciones

Mirando hacia el futuro, los laicos españoles recuerdan que «la llamada a la misión es extensiva a todos los bautizados». Y no se sale en solitario, sino que «nos necesitamos todos, todos somos importantes», en una «sinodalidad para la misión» en la que «nuestras comunidades de referencia, lejos de aislarse en sí mismas, muestren la belleza de la Iglesia»; comunidades en las que la participación de los laicos en la toma de decisiones sea «real y efectiva», porque «desclericalizar la pastoral es urgente»; donde se haga posible la corresponsabilidad entre sacerdotes y laicos y haya una apertura a otras realidades eclesiales «para desarrollar acciones pastorales conjuntamente».

Por todo ello urge una «conversión comunitaria» en la que «se fortalezca el sentido de pertenencia». Y, desde ahí, elaborar otras líneas de actuación como mejorar los órganos ya existentes «revisando cómo funcionan y qué aspectos han de ser modificados»; discernir nuevas formas de participación como los ministerios laicales; potenciar la familia como agente evangelizador, «uno de los rostros eclesiales más fecundos en nuestro tiempo», y «convocar no a sacramentos, sino a procesos en los que estén presentes la oración y los sacramentos, pero en los que se tenga en cuenta la realidad concreta de las personas».