El maravilloso regalo - Alfa y Omega

Parecía que esta Navidad iba a ser como siempre: luces, regalos, anuncios de perfumes, champán… y que muchos vivirían estas fiestas como si solo fueran fiestas, sin importarles la verdadera razón de lo que se celebra estos días. Vivimos tan en el mundo que terminamos pensando que inevitablemente es así, y que la celebración verdadera de la Navidad queda relegada al interior de las iglesias.

Hace días en mi pueblo comenzó a circular por los móviles un mensaje sobre un espectáculo musical, con una foto que llamaba poderosamente la atención e invitaba a pasarla, a hacer partícipe a mucha más gente de la Buena Noticia que en ella aparecía. Una madre mira fijamente al niño que tiene en sus manos, esboza una tierna sonrisa y este le devuelve la mirada. Y un mensaje: «El maravilloso regalo de la Navidad».

Si sorprende la foto, más sorprende la iniciativa. Esta vez no son los sacerdotes en la iglesia quienes anuncian la Buena Noticia. Es la Escuela Municipal de Danza y la Asociación Esencia Gitana quienes, volviendo la mirada a lo más profundo de nuestra tradición popular, buscan exteriorizar el sentimiento religioso, sacarlo del fondo de su alma y llevarlo al resto de sus vecinos.

Comienza la función: música, danza y flamenco se entremezclan y alternan para representar la gran historia de la salvación. Tras la Anunciación y el de María, un coro de ángeles baila de alegría. Con un villancico por bulería se festeja a san José. Buscando posada encuentran un viejo establo. Las luces se apagan, se hace el silencio, un foco se ilumina y una mano poderosa eleva a un niño desnudo… A la sorpresa sigue una gran ovación: «Ha nacido el Salvador». Una estrella cruza fugaz el escenario y anuncia la buena noticia: «¡Que ya ha nacido, pastores!». Grandes y pequeños exultan de gozo a su alrededor. Tras la adoración de Melchor, Gaspar y Baltasar, Herodes no puede soportar que alguien sea más importante que él.

La gran noticia, «el maravilloso regalo de la Navidad», ha sido hecho presente por casi 100 actores y bailarinas, y todo un pueblo ha sido receptor de este mensaje.