Si Israel no deja que los cristianos de Gaza vayan a Belén… Belén irá a Gaza - Alfa y Omega

Si Israel no deja que los cristianos de Gaza vayan a Belén… Belén irá a Gaza

Ante la perspectiva de que los cristianos de la Franja de Gaza no puedan visitar Belén y Jerusalén en Navidad por carecer de los permisos adecuados, el administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, monseñor Pierbattista Pizzaballa, visitó el fin de semana pasado la ciudad palestina. «La situación aquí es vergonzosa. Y el precio más alto lo pagan las personas normales»

Redacción
Foto: lpj.org

La Navidad se ha adelantado en la Franja de Gaza. Monseñor Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, la celebró el domingo pasado durante una intensa visita pastoral de tres días. En el programa, no faltó la celebración de la Misa del Nacimiento del Señor, ni una representación protagonizada por los más pequeños. Aunque esta se produjo en medio del cotidiano irse y volver de la luz, al que los dos millones de habitantes de la Franja están acostumbrados.

La ya tradicional visita del representante de la Iglesia latina en Tierra Santa se produce cuando todavía no está claro si los cristianos de Gaza podrán visitar a sus familiares en otros lugares de Cisjordania, ni si podrán participar en las celebraciones navideñas en Belén y Jerusalén.

El 12 de diciembre, un día antes del comienzo de la visita, la agencia del Gobierno israelí encargada de las relaciones con la población palestina para asuntos civiles afirmó que se iban a conceder a los palestinos un centenar de permisos para salir al extranjero vía Jordania; pero no para viajar a Israel o Cisjordania.

Para justificar la decisión se aludía a motivos de seguridad. «Es ya un rito anual —comentó desde Gaza monseñor Pizzaballa, en declaraciones a la televisión católica italiana TV2000—: primero se niegan los permisos y luego se conceden. Este año, sin embargo, parece que, si los hay, llegarán con cuentagotas». De hecho, en los últimos años estos permisos se conceden cada vez de forma más limitada. El año pasado, por ejemplo, solo se concedieron a personas mayores de 55 años, cuando en años anteriores solo se excluía de los mismos a los jóvenes menores de 30.

«El verdadero cambio somos nosotros»

El administrador apostólico del Patriarcado aprovechó la Misa de Navidad para recordar que cuando nació Jesús en la región también se vivían dificultades políticas. Aludía a algunos de los problemas que los cristianos palestinos habían compartido con él durante su visita. Sobre todo, los frecuentes bombardeos, la falta de libertad y la lacra del desempleo.

Puede parecer que ha cambiado poco desde la ocupación romana —reconoció el obispo—, pero «el verdadero cambio somos nosotros», si se cultiva en el corazón una esperanza. «Espero que este sueño que tenéis pueda realizarse con la Santa Navidad». «A pesar de todos los problemas, divisiones y muros, estamos unidos en la oración. ¡La Iglesia de Jerusalén está con vosotros!», exclamó, antes de confirmar y dar la Primera Comunión a varios niños.

Una minoría muy activa

La visita de monseñor Pizzaballa había comenzado el viernes anterior. Ese día, el también excustodio de Tierra Santa centró su atención en la parroquia católica de la Sagrada Familia, en el corazón del barrio donde se concentran los 2.000 cristianos de la ciudad. Los católicos son una cuarta parte de esta pequeña minoría, mientras que el resto son, sobre todo, ortodoxos griegos.

En esta parroquia se encuentran también sendos centros de las Misioneras de la Caridad para adultos dependientes y niños con discapacidades graves, una escuela y el convento de las Religiosas del Verbo Encarnado.

Ese mismo día, por la tarde, inauguró una ampliación del centro médico de Cáritas Jerusalén en Gaza y visitó un centro de formación profesional, destinado a intentar paliar el paro que sufren, especialmente, los jóvenes cristianos. Después de la Misa, monseñor Pizzaballa visitó a familias en dificultad para transmitirles en primera persona la cercanía de la Iglesia.

El sábado, el administrador apostólico visitó dos centros educativos más, los colegios del Rosario (propiedad de las religiosas del mismo nombre) y de la Sagrada Familia, del Patriarcado Latino. Por la tarde, presidió un encuentro con jóvenes y otro con ancianos y familias. La tarde se cerró con el alumbrado del árbol de Navidad, ambientada con canto de villancicos, para alegría de todos los presentes.

«La situación en Gaza desde un punto de vista social, político y humanitario es vergonzosa —criticó al terminar la visita ante los micrófonos de TV2000—. Todos tienen su parte de responsabilidad y el precio más alto lo pagan las personas normales». Alabó también el esfuerzo de muchos por permanecer en su tierra, cuando «la solución más simple sería irse. Pero no por eso sería la correcta».

PLJ / Redacción