¿En qué se parecen las migraciones de España y México? - Alfa y Omega

¿En qué se parecen las migraciones de España y México?

Con motivo del Día Internacional de las Personas Migrantes, Entreculturas presenta el informe Nuevos rostros, mismas dinámicas. Procesos migratorios en México con los datos recogidos por la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (REDODEM). Estos movimientos poblacionales, señalan desde el Servicio Jesuita a Migrantes, son más parecidos de lo que pensamos a los que se dan en España

Redacción
Foto: Entreculturas

Entreculturas pone la mirada en México. Lo ha hecho a través del informe Nuevos rostros, mismas dinámicas. Procesos migratorios en México. En este documento, la ONG de los jesuitas se hace eco de las datos recogidos por la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (REDODEM), una organización compuesta por 23 albergues, casas, estancias, comedores y organizaciones distribuidas por el país norteamericano.

En este informe, REDODEM estudia la realidad de 36.000 personas, la mayoría de ellos hombres en edad de trabajar. También hay perfiles más vulnerables como mujeres embarazadas y 3.8881 menores de edad que suponen el 10,7 % de los registros. De ellos, el 57,7 % viajaban solos.

Durante la presentación del informe, la hermana Magdalena Silva Rentería, coordinadora de la REDODEM, ha señalado la responsabilidad de los medios de comunicación en la criminalización de los migrantes y las casas de acogida. «En lo que va de 2019, hay nueve casos documentados de intervenciones de la Guardia Nacional en estas casas, dándose una sistemática violación de los derechos humanos de las personas migrantes», denuncia.

También ha criticado el «hacinamiento masivo» y las «situaciones infrahumanas» que el Gobierno crea cuando «trata de detener el flujo migratorio». Una vulneración de derechos que también se da en Estados Unidos, al otro lado de la frontera, donde los migrantes «tras varias citas infructuosas para solicitar la condición de refugiados se les deporta a sus países de origen».

Paralelismos con España

La necesidad de huir, los peligros y la vulneración de derechos humanos que sufren las personas migrantes no son exclusivas de las rutas migratorias desde Centroamérica a América del Norte. En la frontera sur de España, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) trabaja con el objetivo de acompañar, servir y defender a estas personas cuando se encuentran en tránsito en la ciudad de Melilla.

María Vieyra, abogada del SJM, da fe de estas similitudes. En primer lugar están los perfiles con los que la institución trabaja a un lado y otro del Atlántico: potenciales víctimas de explotación sexual, niñas bajo la tutela de la Administración Pública, menores no acompañados o solicitantes de protección internacional.

También en ambos casos se dan devoluciones sumarias (ya sea desde Melilla a Marruecos o desde Estados Unidos a México) y una ausencia de políticas públicas que ayuden a mejorar la protección de la vida, el duelo frente a la muerte y el cuidado de las personas que se encuentran entre las dos.

«Si las políticas migratorias se basan en externalizar el control de fronteras y si ponemos el foco en la contención de los flujos migratorios, esto tendrá como consecuencia el incremento de la peligrosidad en las rutas y situaciones en las no se garantizan sus derechos humanos», advierte Vieyra.

Cuarta edición de Miradas Que Migran

Aprovechando el Día Internacional de las Personas Migrantes, Entreculturas ha lanzado también la cuarta edición de Miradas que Migran, un programa para cambiar la manera en que los ciudadanos ven a los migrantes. Consiste en un proyecto de aprendizaje y servicio en colaboración con la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. En él, los estudiantes elaboran carteles para concienciar a la sociedad sobre los rostros y cifras detrás de los movimientos migratorios.

Juanita Bagés, coordinadora docente de la iniciativa, considera que su principal objetivo es «reflexionar con el alumnado sobre la situación de movilidad forzosa en el mundo, promoviendo que los y las jóvenes se conviertan en agentes promotores de una cultura de acogida en sus entornos». En su cuarta edición, más de 600 alumnos han contribuido a generar cultura de acogida y convertirse en agentes de cambio en su comunidad universitaria mediante sus creaciones sobre migraciones forzosas.