Francisco: «Hoy en Europa muchos cristianos son perseguidos» - Alfa y Omega

Francisco: «Hoy en Europa muchos cristianos son perseguidos»

Al comentar en la audiencia general de esta semana el traslado de san Pablo encadenado a Roma, el Papa afirma que, para la Iglesia, el martirio «es la señal de que vamos por el camino de Jesús». Y pone como ejemplo la perseverancia de los grecocatólicos ucranianos en tiempos de la URSS

Ricardo Benjumea
Foto: Reuters/Guglielmo Mangiapane

El Papa Francisco llegó esta mañana a su audiencia general de todos los miércoles impactado por un encuentro que acababa de mantener con los participantes de una peregrinación de católicos bizantinos para conmemorar el 30 aniversario de la salida de la Eparquía de Mukachevo de la clandestinidad, con la apertura en los últimos años de la Unión Soviética. «¡Cómo han sido perseguidos esta gente, cuánto han sufrido por el Evangelio! Pero no negociaron la fe», destacó el Pontífice.

La perseverancia de los católicos de rito oriental ucranianos «es un ejemplo», añadió. «Hoy en el mundo, en Europa, muchos cristianos son perseguidos y dan su vida por su fe, o son perseguidos con guantes blancos, es decir, dejados de lado, marginados». Pero «el martirio –dijo el Papa– es el aire de la vida de un cristiano, de una comunidad cristiana», y por tanto «siempre habrá mártires entre nosotros: esta es la señal de que vamos por el camino de Jesús». De modo que se puede considerar incluso «una bendición del Señor» que «en el pueblo de Dios» se produzcan «estos este testimonios de martirio».

Francisco introdujo estas reflexiones al continuar sus catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles, esta vez con el capítulo 21, que describe la llegada de san Pablo a Jerusalén –donde a punto estuvo de ser linchado– y su traslado encadenado a Roma, tras haber apelado al César en su condición de ciudadano romano.

Para el Papa, esas cadenas son «el signo de su fidelidad al Evangelio y del testimonio dado al Resucitado» por parte de san Pablo, que de este modo «se asocia a la pasión de su Maestro». Por esta vía, el Apóstol de los gentiles demuestra que la fe no es «una teoría, una opinión sobre Dios y el mundo», sino «el impacto del amor de Dios en su corazón, es amor por Jesucristo».