Misa en Nagasaki: «El amor dado por Cristo es capaz de vencer sobre todo odio» - Alfa y Omega

Misa en Nagasaki: «El amor dado por Cristo es capaz de vencer sobre todo odio»

Ante los cerca 35.000 fieles que se congregaron en el estadio de béisbol de la ciudad, Francisco señaló en su homilía que «Nagasaki lleva en su alma una herida difícil de curar, signo del sufrimiento inexplicable de tantos inocentes; víctimas atropelladas por las guerras de ayer pero que siguen sufriendo hoy en esta tercera guerra mundial a pedazos»

Redacción

El Papa celebró hoy una misa para la pequeña comunidad católica japonesa en la ciudad de Nagasaki, símbolo tanto del martirio de los cristianos en el pasado como de la bomba atómica, lo que llevó a Francisco a recordar a las víctimas de las actuales guerras.

Ante los cerca 35.000 fieles que se congregaron en el estadio de béisbol de esta ciudad, Francisco señaló en su homilía que «Nagasaki lleva en su alma una herida difícil de curar, signo del sufrimiento inexplicable de tantos inocentes; víctimas atropelladas por las guerras de ayer pero que siguen sufriendo hoy en esta tercera guerra mundial a pedazos».

«Alcemos nuestras voces aquí en una plegaria común por todos aquellos que hoy están sufriendo en su carne este pecado que clama al cielo», agregó el Santo Padre al mismo tiempo que animó a profesar con valentía «que el amor dado por Cristo en la cruz es capaz de vencer sobre todo tipo de odio, egoísmo, burla o evasión».

La comunidad católica en Japón representa el 0,4 % de la población, cerca de medio millón de personas, de los cuales 60.933 están en esta ciudad, aunque a la misa también acudieron muchos migrantes, sobre todo coreanos y chinos.

En la homilía, el Pontífice explicó que «el reino de los cielos» es la meta común para los católicos, pero tiene que empezar a vivirse desde ahora «al lado de la indiferencia que rodea y silencia tantas veces a nuestros enfermos y discapacitados, a los ancianos y abandonados, a los refugiados y trabajadores extranjeros».

Nagasaki, que en el siglo XVI llegó a ser conocida por «la Roma de oriente» cuando los primeros misioneros, encabezados por portugueses jesuitas, llegaron a Japón, vivió después como todo el país dos siglos de persecuciones con la prohibición total del cristianismo por parte de los emperadores nipones.

Durante la jornada de hoy Francisco también visitó el monumento y el museo donde fueron crucificados el 5 de febrero de 1597 el sacerdote Pablo Miki y otros 25 fieles.

Efe / Redacción