19 de octubre: san Pedro de Alcántara, fundó el convento más pequeño del mundo
El Palancar tiene solo 72 metros. «El tamaño es la expresión física de una búsqueda de pobreza y simplicidad evangélica que está en la base de nuestro carisma», dice un fraile que vive allí
El patrono de la diócesis de Coria-Cáceres nació en la localidad cacereña de Alcántara en 1499 en el seno de una familia con abolengo. Sus padres le bautizaron con el nombre de Juan de Sanabria, aunque él mismo se lo cambió a la hora de profesar en la Orden de Frailes Menores en 1516 por el de Pedro de Alcántara. A pesar de su juventud, antes de entrar en la vida religiosa tuvo tiempo de estudiar en la Universidad de Salamanca entre los años 1511 y 1515.
Su ingreso se produjo en el convento de San Pedro de los Majarretes, que destacaba por su escrupuloso seguimiento del carisma franciscano. Ahí comenzó su noviciado, en el que tuvo tiempo de desempeñarse como portero, hortelano o barrendero. En los inicios de su vida como fraile se produjo uno de los hitos de su existencia: su ordenación sacerdotal en 1524. Como ministro ordenado, la congregación le requirió para tareas más acordes a los dones que había recibido. Actuó como consejero, provincial e incluso fundador de varios cenobios por diversos puntos de la península ibérica. Una de sus grandes preocupaciones fue la de que sus hermanos frailes no dejaran de apretar en la oración ni en la mortificación; de hecho «llegó a peregrinar andando hasta Roma para pedir permiso al Papa para que le permitiera fundar una rama dentro de la orden» que destacara por la estricta observancia, explica el franciscano fray José Juan, que vive actualmente en uno de los conventos que fundó.
Se trata del de El Palancar, archiconocido por ser el más pequeño del mundo. Tiene tan solo 72 metros cuadrados. «Lo interesante es por qué es tan pequeño». San Pedro de Alcántara llegó a la zona alrededor del año 1557 «deseoso de vivir su vida cristiana y franciscana con autenticidad y exigencia». La Iglesia no se encontraba en su mejor momento. La Reforma protestante había generado un momento de crisis, a la que san Pedro de Alcántara quiso responder con una santidad apuntalada por la penitencia. «De esta forma, digamos que las proporciones del convento no son otra cosa que la expresión física de una búsqueda de pobreza y simplicidad evangélica que está en la base de nuestro carisma», subraya fray José Juan.
La radicalidad de Alcántara también se percibe en su intensidad penitencial. Por ejemplo, pasaba noches enteras sin dormir, entregado a la oración. De ahí que los celadores le hayan tomado por patrón. Y en las noches que dormía, lo hacía «sentado y con su cabeza apoyada sobre un madero», asegura el fraile.
Tantas horas de rezo lo convirtieron en un experto en el tema. De hecho, escribió un tratado sobre la oración que ha sido traducido a todas las lenguas de Europa. La iniciativa de poner por escrito su experiencia tiene su origen en un matrimonio, Rodrigo de Chaves y su mujer, que donaron dinero para la construcción del convento. «Ellos le pidieron algunas letras para conducirse por la vida de oración». El santo aceptó la encomienda «y se entregó a la tarea». En la pequeña obra, Alcántara «da pautas sobre cómo rezar o advierte de las dificultades que pueden surgir durante el proceso». Y este podría ser, concluye fray José Juan, el gran mensaje de san Pedro al mundo contemporáneo: «Hoy nos hablaría de la importancia de la oración para la vida». De hecho, el libro comienza enumerando «una serie de virtudes y el santo dice que, si uno quiere alcanzarlas, tiene que ser un hombre de oración».
Pedro de Alcántara murió en octubre de 1562 en Arenas de San Pedro. Fue beatificado por Gregorio XV en 1622 y canonizado por Clemente IX en 1669. Pero antes, en los últimos años de su vida, tuvo una relación estrecha con santa Teresa, cuyo éxito en la reforma del Carmelo estuvo impulsado por este franciscano. De hecho, fue una carta de san Pedro fechada el 14 de abril de 1562 la que animó a la santa a fundar su primer monasterio en Ávila, el 24 de agosto de aquel año.