Oriente Medio, herida que nunca cicatriza - Alfa y Omega

Oriente Medio, herida que nunca cicatriza

Eva Fernández
Foto: CNS

Hay zonas del mundo que siempre están en la penumbra. Sobre todo, cuando escasean los taquígrafos y focos para contarlo. Parece que nos hemos aburrido de hablar de los conflictos de Oriente Medio y nuestra indiferencia nos hace cómplices. Las tierras que dieron lugar a nuestra civilización siguen sumidas en una espiral de violencia, caos, abuso y miedo. Un desastre que arrastra vidas y multiplica miserias. Se entiende que el Papa haya querido dedicar su intención de oración para el mes de noviembre a la zona del mundo que vio nacer a las tres grandes religiones monoteístas. La tierra de Jesús, surcada por los primeros caminos que recorrió la Iglesia y que hoy en día se está quedando sin cristianos. Una zona en eterno conflicto rodeada por las rutas donde circula buena parte del crudo del mundo. Un oro negro, caldo de cultivo de depredadores, que se sirven de la guerra, de la corrupción y del miedo para generar fortunas oscuras.

Una vez más, el último vídeo del Papa cartografía el problema para ayudarnos a encontrar la única ruta posible que conduce a la paz: «El diálogo entre las comunidades religiosas en el Oriente Próximo, para que se favorezcan el encuentro y la reconciliación». En la agenda del Papa el diálogo con las demás religiones resulta prioritario. Más aún si se trata de una tierra tan necesitada de la diplomacia al estilo Francisco: dejar atrás las peleas entre hermanos para mostrar, todos juntos, la misericordia de Dios con el mundo. El mensaje del vídeo de noviembre impulsado por la Red Mundial de Oración del Papa resulta tan revelador como necesario: En Oriente Medio muchas comunidades cristianas, judías y musulmanas «trabajan por la paz, la reconciliación y el perdón». Precisamente por este motivo anima a que se busque el diálogo y la unidad sin temer las diferencias.

En el Encuentro Ecuménico de Oración por la Paz en Oriente Medio que tuvo lugar en Bari en julio de 2018, Francisco, acompañado por 19 líderes cristianos (católicos, ortodoxos, protestantes y representantes del Consejo de Iglesias de Oriente Medio), también mencionó la importancia de la reconciliación: «La paz no vendrá gracias a las treguas sostenidas por muros y pruebas de fuerza, sino por la voluntad real de escuchar y dialogar».

Nada como el diálogo para acortar distancias. Pocas estrategias más eficaces que la de abrir las ventanas para que el aire limpio vaya quitando el polvo a desavenencias de siglos. Aún en las diferencias hay espacio para temas compartidos. Y la preocupación ecuménica por Oriente Medio lo es. Esta invitación al diálogo en toda regla se convierte en un revulsivo contra quienes utilizan las diferencias religiosas para fomentar la violencia o para justificar atrocidades. Recemos por Oriente Medio. Hagamos nuestra la intención de oración del Papa. No cometamos la equivocación de dejarlos solos.