El rezo en la música medieval - Alfa y Omega

¿Cuándo empieza la historia de la música? Para las bellas artes, esta pregunta tiene inmediata respuesta: su historia arranca con los primeros vestigios materiales conservados. Pero para un arte intangible y efímero como la música, la cuestión se torna mucho más compleja, y se vincula irremediablemente a la fijación de la melodía en un soporte escrito para su conservación y difusión. Es obvio que la música ya existía con anterioridad, una larga etapa que puede equipararse a la prehistoria, en la que sin restos escritos estamos sumergidos en el reino de la especulación y la imaginación.

El surgimiento trascendental de la primitiva notación musical se sitúa a mediados del siglo IX, impulsado por clérigos carolingios. Este primer sistema notacional buscaba fijar en el pergamino la altura de las melodías litúrgicas que hasta ese momento los monjes habían aprendido de memoria. El rezo, cuando era cantado, se transmitía oralmente. La necesidad de imponer la recién creada liturgia gregoriana, con un nuevo canto que unificara la práctica religiosa, fue estrategia del Imperio carolingio para lograr el control en su vasto territorio. Esta decisión política obligaba a encontrar un modo eficaz para transmitir y recordar las nuevas melodías. El canto gregoriano se acabó así imponiendo, y con él se consumó el paso de la memoria al signo. A partir del siglo X, este proceso encontró en monasterios el canal perfecto de difusión. Fue la Orden Benedictina, que tenía en la liturgia cantada su principal forma de trabajo, pieza angular para la expansión por el continente del nuevo canto y su notación, cada vez más perfeccionada. La transmisión por las vías del Camino de Santiago también contribuyó a garantizar la uniformidad del gregoriano en Europa, quizá uno de sus primeros rasgos culturales compartidos. Un par de siglos después, la práctica del canto litúrgico experimentaba con la superposición simultánea de melodías distintas, dando lugar a otra de las revoluciones de Occidente: la polifonía.

La Fundación Juan March de Madrid dedica un ciclo de siete conciertos, gratuitos, a ilustrar este proceso fundacional de nuestra cultura. Con el título El origen medieval de la música europea (siglos IX-XV), esta propuesta recorre, entre octubre y mayo, los repertorios y compositores más representativos de este periodo. Seis siglos de música que recrean la progresiva sofisticación de los rezos medievales y, con ellos, de la música que los transmitía.

Miguel Ángel Marín
Profesor de Musicología en la Universidad de La Rioja