El mundo por montera - Alfa y Omega

El mundo por montera

Cristina Tarrero
Foto: ABC

España se ha convertido en un destino turístico por excelencia. Los visitantes vienen atraídos no solo por el sol y la playa, sino también por el excepcional patrimonio histórico artístico atesorado. Gran parte es gestionado por Patrimonio Nacional que expone y conserva las colecciones reales, y nos podemos preguntar: ¿cómo surgieron los museos de colecciones reales?, ¿quién conserva el patrimonio?… En la actualidad, Patrimonio Nacional tiene un gran equipo de conservadores e investigadores que se encargan de todo lo relativo a los bienes, pero la pregunta sigue en el aire: ¿cómo comenzó a gestarse tras una guerra civil y una posguerra complicada? Pues bien, un grupo de personas, en su mayoría mujeres, licenciadas en Filosofía y Letras y más tarde doctoradas, se encargaron de catalogar e inventariar todos los bienes y sus colecciones.

Entre ellas, destacaba María Teresa Ruiz Alcón, que falleció en agosto con 96 años. Fue desde 1954 trabajadora de Patrimonio Nacional y desde 1974 responsable del Tesoro Artístico y de todos los servicios topográficos y catalogaciones de Patrimonio Nacional y los patronatos reales. Las primeras guías que conocemos de Palacio Real, el monasterio de la Encarnación, El Escorial, Riofrío…. Las escribió ella, preparó las colecciones reales y grandes exposiciones. Una gran mujer de Acción Católica que puso sus conocimientos al servicio de la Iglesia, miembro de la Academia de San Dámaso, que asesora a la diócesis en patrimonio artístico.

Segoviana de nacimiento, pero madrileña de adopción. Mujer de una gran formación. Conoció a grandes personalidades en una época en que las mujeres todavía no estaban del todo incorporadas al trabajo; desd el principcio se hizo valer siendo reconocida y querida. En 1961 fue designada para representar a la Acción Católica en el Congreso de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas. Participó y dirigió ADUE, la primera asociación de mujeres universitarias. Nada la detuvo, trabajadora incansable y comprometida con la Iglesia y su patrimonio. Viajó por todo el mundo cuando todavía casi no se viajaba, tanto con la Acción Católica en unos años de compromiso en el extranjero, como luego por trabajo y formación. Su legado permanece en Patrimonio Nacional y parte de su biblioteca ha quedado en el Museo Catedral de la Almudena.