La vía para desactivar la tensión en Cataluña

En un Estado democrático, el cumplimiento de las leyes y el acatamiento de la sentencias son «un referente básico del ordenamiento social». Pero dicho esto, los obispos catalanes consideran que hace falta más «para desactivar la tensión acumulada en los últimos años». En un comunicado valiente y ponderado, hecho público tras la sentencia del Supremo en el juicio del procés, la Conferencia Episcopal Tarraconense muestra que el único camino posible para devolver la normalidad a Cataluña es el diálogo. Entre políticos, pero también en la sociedad, donde «ha disminuido la calidad de la convivencia» debido al «atrincheramiento en las propias posiciones, con frecuentes descalificaciones del otro». Un diálogo que es mucho más que un intercambio de argumentos. Sobre todo hacen falta gestos de acercamiento –«misericordia», dice el documento–, puesto que hoy «las razones quedan sometidas a menudo a los sentimientos de cada uno» y fácilmente todo el mundo se siente ofendido». Y se necesitan grandes dosis de paciencia, porque «son tiempos en que vislumbrar soluciones se hace difícil». Al menos, a corto plazo.