No se trata solo de migrantes - Alfa y Omega

No se trata solo de migrantes

Francisco ha puesto la cuestión migratoria en un primerísimo plano de la agenda eclesial, convencido de que la sociedad y la Iglesia se retratan en su respuesta a este desafío

Alfa y Omega
Foto: ABC

«No se trata solo de migrantes», titula el Papa su mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado 2019, que se celebra este domingo. Francisco ha puesto la cuestión migratoria en un primerísimo plano de la agenda eclesial, convencido de que la sociedad y la Iglesia se retratan y moldean su futuro en su respuesta a este desafío, en el que percibe «los signos de los tiempos». «Por tanto, no solamente está en juego la causa de los migrantes, no se trata solo de ellos, sino de todos nosotros, del presente y del futuro de la familia humana», escribe el Pontífice. Hay un doble requerimiento a los cristianos, puesto que, a través de las personas obligadas por unos u otros motivos a abandonar su país, «el Señor nos llama a una conversión».

Los fenómenos migratorios se han convertido en un espejo que nos muestra qué tipo de personas somos. El Papa advierte frente al peligro de permitir que «nuestros miedos» condicionen «nuestra forma de pensar y de actuar hasta el punto de convertirnos en seres intolerantes, cerrados y quizás, sin darnos cuenta, incluso racistas». Afirmaciones que, inevitablemente, sitúan a los creyentes ante problemáticas de orden político. Es obligado reconocer que algunas corrientes nacionalistas y xenófobas han encontrado predicamento en sectores de las comunidades católicas. Si bien, simultáneamente, hay que poner en valor la acogida generosa de muchas parroquias, instituciones y familias cristianas, que con su respuesta generosa están contribuyendo a esa «construcción de un mundo que responda cada vez más al plan de Dios», como pide el Papa.

Pero el mensaje de Francisco sugiere a la vez que la respuesta cristiana no puede limitarse a las consecuencias visibles, en asistir a las grandes víctimas de este proceso, que son las personas migrantes y refugiadas. Es necesario afrontar las últimas causas. El Papa señala con el dedo acusador «un progreso reservado a unos pocos, pero construido sobre las explotación de muchos». Nuestros estilos de vida y de consumo no son neutros y nos sitúan a uno y otro lado de la barrera. De nuevo, «no se trata solo de migrantes», sino de transigir o no con la injusticia.