Mozambique y el apocalipsis humano - Alfa y Omega

Mozambique y el apocalipsis humano

Alfa y Omega accedió a la contestación por carta que el Papa Francisco hizo a un amigo argentino, Gustavo Vera, titular de la Fundación Alameda, que le dirigió por su viaje apostólico a tres países de África

Lucas Schaerer
Foto: EFE/Andre Catueira

La correspondencia de un Papa y un amigo no es común que salga a la luz. La excepción a la regla se debe a la misión apostólica que por estas horas suceda en África por el Sumo Pontífice argentino y jesuita.

«Querido Jorge», lo llama al Papa, por su nombre de pila, Gustavo Vera, el titular de la Fundación Alameda, para luego escribir su opinión sobre el primer país al que arribó el Pontífice el 5 de septiembre. «Mozambique es el país del apocalipsis humano, que no lo ha provocado Dios, sino el alejamiento de los hombres de Dios», dice Vera sobre este país situado al sureste de África, a orillas del océano Índico, que sobrevivió a una guerra civil que duró desde 1977 hasta 1992, dejando dos millones de minas terrestres todavía activas.

«Los dos ciclones que provocaron devastación en Mozambique con un millar de muertos, más de un millón y medio de afectados, poblaciones enteras destruidas y multiplicación de hambre y pestes, no fue un castigo divino. La propia Organización Meteorológica Mundial indica que “es una llamada de atención sobre el aumento de la cantidad de ciclones tropicales, inundaciones costeras y lluvias intensas de alto impacto vinculados al cambio climático”. Es un aviso a tiempo sobre la escala futura de los desafíos que plantean conjuntamente la urbanización y el aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático. Se requerirá hacer mucho más hincapiés en la necesidad de mejorar el uso del suelo y la planificación urbana y de las llanuras de la inundación. Es cierto que en la zona hubo otros ciclones en el pasado, pero ninguno tan devastador como el Idai (el ciclón tropical intenso Idai es uno de los peores ciclones tropicales de los que se tiene constancia en África y en todo el hemisferio sur) y los científicos enfatizan particularmente el aumento de las temperaturas», detalló Vera a Bergoglio.

Mozambique tiene una población que supera los 21 millones de habitantes, con una esperanza de vida que es baja, con la mortalidad de los niños entre las más elevadas del mundo, y un índice de desarrollo humano de los más bajos del planeta.

Por ello el amigo argentino del Papa le dijo que «el Dios dinero y la máxima ganancia maltrata a la casa común y genera cambio climático. Una vez más, los pobres terminan pagando la fiesta de los ricos. Cuando no es con migraciones forzadas, es con devastaciones tremendas. Trump y sus amigos se ríen del cambio climático y dicen que la única inundación prevista por la Biblia es el Arca de Noé. Los 192 países que aun suscriben el tratado de Paris porque es ‘políticamente correcto’ confunden las intenciones con los hechos y no se han puesto a trabajar seriamente en reducir los efectos del cambio climático».

El Santo Padre respondió a Vera casi un mes antes de iniciar su viaje, con una carta de puño y letra escaneada y enviada por correo electrónico: «Querido hermano. Gracias por el correo», arranca con su inconfundible letra pequeñísima y en tinta negra. «Describís bien las diversas etapas del viaje…».