La Iglesia grecocatólica ucraniana debe realizar «una labor eminente de pacificación» - Alfa y Omega

La Iglesia grecocatólica ucraniana debe realizar «una labor eminente de pacificación»

El secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, afirmó ante el Sínodo de la Iglesia grecocatólica ucraniana que dos de sus principales retos ahora son contribuir a la pacificación del país y «establecer relaciones de diálogo con todas las iglesias», en un país donde los ortodoxos se encuentran fuertemente enfrentados entre sí

Redacción
Foto: Iglesia grecocatólica ucraniana

El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, ha pedido a los representantes de la Iglesia greco-católica ucraniana que juegue un papel pacificador en medio de un país golpeado por la guerra. Así se lo pidió el lunes, al reunirse con ellos en el segundo día de su Sínodo, que se está desarrollando en Roma con motivo del 50º aniversario de la consagración de la concatedral de Santa Sofía y del 90º aniversario del primer encuentro de obispos grecocatólicos en la Ciudad Eterna.

En el segundo día del encuentro, el cardenal Parolin desarrolló los cuatro desafíos que los católicos de rito bizantino deben afrontar en Ucrania. Uno de ellos es «realizar su labor propia y eminente de pacificación». En este sentido, aprovechó la ocasión para renovar sus «sentimientos de solidaridad con el pueblo ucraniano en este período de intensos sufrimientos a causa de la guerra que ya dura cinco años».

Este desafío de construcción de la paz encaja con otro reto de los presentados por el cardenal: el de la implicación eclesial en las cuestiones políticas y sociales. «La Iglesia permanece abierta y sensible a todos» —ha destacado el secretario de Estado del Vaticano— y se esfuerza para que «ningún miembro de la sociedad» quede excluido.

Puentes en medio de la división entre ortodoxos

Los otros dos desafíos enumerados por el cardenal Parolin tienen un tinte más pastoral. Se trata de la evangelización y las relaciones ecuménicas. En cuanto al primero, el ministro de Exteriores del Vaticano exhortó a los representantes grecocatólicos a llevar adelante un «anuncio alegre de la fe, de modo que sea perceptible también a los no creyentes la invitación a descubrir o redescubrir el sentido de la vida con Dios y según Dios».

Junto a la evangelización, el ecumenismo es particularmente importante en Ucrania. El interlocutor lógico de la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa, se encuentra fuertemente dividida y atraviesa un momento muy delicado después de que el intento del Patriarcado de Constantinopla de unificar en una sola Iglesia autocéfala las tres iglesias ortodoxas existentes haya resultado en una fuerte crisis y en nuevas deserciones.

En este contexto, apuntó el secretario de Estado, «la Iglesia (católica) desea establecer relaciones de diálogo y conocimiento recíproco con todas las otras iglesias y confesiones, para construir aquella unidad que Jesús nos ha dejado como su testamento».

Foto: Iglesia grecocatólica ucraniana

«El Sínodo no es un parlamento»

En su intervención, el cardenal Parolin ha subrayado que la Iglesia católica ucraniana de rito bizantino tiene una identidad propia «clara», que «se expresa en la tradición espiritual, litúrgica, catequética y canónica de la que sois portadores», y que además está enraizada en la «relación particular con Ucrania, donde hunde sus raíces históricas».

El mismo lunes por la mañana, los obispos participantes en el Sínodo fueron recibidos por el Papa Francisco. En su breve saludo, el Pontífice los invitó a poner en el centro de sus deliberaciones al Espíritu Santo. «Si no está el Espíritu Santo, no hay Sínodo». Y los advirtió del peligro de «creer, hoy, que hacer un camino sinodal o tener una actitud de sinodalidad quiere decir hacer una encuesta de opinión y luego tener un encuentro, ponerse de acuerdo. ¡El Sínodo no es un parlamento!».