Crece ligeramente el número de internos que van a Misa en la cárcel - Alfa y Omega

Crece ligeramente el número de internos que van a Misa en la cárcel

La inversión económica de la Iglesia en los internos pasa de los 810.000 euros de 2017 hasta los 1,3 millones de 2018

Fran Otero
El cardenal Osoro, durante una celebración eucarística en la cárcel de Soto del Real Foto: Archimadrid/Rodrigo Pinedo

La Conferencia Episcopal Española (CEE) acaba de publicar la Memoria de la Pastoral Penitenciaria de España correspondiente al año 2018 y que arroja un ligero crecimiento del número de internos que van a la celebración eucarística en la cárcel, desde los 7.055 de 2017 a los 7.150 de 2018. Del mismo modo, el número de voluntarios ha pasado de 2.700 a 2.755.

Sin embargo, el aumento más significativo se produjo en el dinero invertido por las delegaciones diocesanas y por las capellanías de cada cárcel, que superó los 1,3 millones frente a los 810.000 del ejercicio anterior.

Si tenemos en cuenta las partidas concretas, la pastoral penitenciaria dedicó casi 240.000 euros para que 9.530 personas pudieran acceder a la compra de diferentes artículos en el economato y entregó 10.448 paquetes de ropa, de los que se beneficiaron un total de 7.166 personas. Además del apoyo dentro de la prisión, las diócesis cuentan con 75 casa de acogida que en 2018 recibieron a 3.394 permisos.

Estas acciones se enmarcan dentro de los programas del área social (496 en total, dentro y fuera del centro penitenciario), pero como la atención es integral también se ofrece atención religiosa y jurídica. El área religiosa cuenta con 329 programas –solo en la prisión– y sus actividades son, entre otras, los grupos de catequesis, las celebraciones de la Eucaristía, el acompañamiento espiritual, los grupos de oración…

El área jurídica cuenta, por su parte, con 91 programas, que se reparte entre dentro (57) y fuera (34) de la cárcel y ofrece asesoramiento sobre su proceso penal o en materia laboral

«Esta memoria refleja el signo de comunidad, de sinodalidad de la Iglesia. Mostramos al mundo, a la sociedad que somos una Iglesia en salida. Una Iglesia que va a las periferias de la prisión y su entorno para ser compañera de camino, caminante junto con tantos hombres y mujeres en prisión. Una Iglesia que se encarna en situaciones que la propia sociedad rechaza», explica en la introducción del informa el director del Departamento de Pastoral Penitenciaria de la CEE, Florencio Roselló.