Videomensaje del Papa: «El mundo es cada día más elitista y cruel con los excluidos» - Alfa y Omega

Videomensaje del Papa: «El mundo es cada día más elitista y cruel con los excluidos»

El Dicasterio para el Servicio Humano Integral ha puesto en marcha una campaña para ir preparando, mes a mes, la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, el 29 de septiembre

Redacción
Foto: REUTERS/Alkis Konstantinidis

«”Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial”. El mundo actual cada día es más elitista y cada día es más cruel con los excluidos». Lo denuncia el Papa Francisco en un videomensaje que se ha hecho público este martes para preparar la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se celebrará el 29 de septiembre.

Este año, la sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio Humano Integral ha decidido lanzar una campaña que, mensualmente, ofrezca reflexiones, recursos y diversas actividades pastorales. Así se va desgranando el contenido del mensaje del Papa, que se hizo público el 7 de mayo con el título No se trata solo de migrantes.

De momento, hasta este mes de julio, la campaña ha profundizado en subtemas como También se trata de nuestros miedos, También se trata de la caridad y Se trata de nuestra humanidad. A ellos se suma el videomensaje del Papa, en el que afirma que «se trata de no excluir a nadie».

Desarrollo exclusivista

En él, el Santo Padre afirma que «los países en vías de desarrollo siguen agotando sus mejores recursos naturales y humanos en beneficio de unos pocos mercados privilegiados». Ocurre algo parecido cuando las regiones en las que se fabrican y venden armas luego «no aceptan a esos refugiados que los conflictos bélicos» generan en otras regiones. «¿Podemos hablar de una hipocresía en ese lenguaje» que habla de paz pero vende armas?, se pregunta.

En conclusión, «quienes padecen las consecuencias son siempre los pequeños, los pobres, los más vulnerables, a quienes se les impide sentarse a la mesa y se les deja solo las migajas del banquete». Todo ello, fruto de un «desarrollo exclusivista» que «hace que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres».

Frente a esto, la Iglesia –continúa el Pontífice citando Evangelii gaudium– debe «tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos».

Se trata de promover un nuevo modelo de desarrollo, auténtico e inclusivo, que «promueva el crecimiento integral» de todos los hombres y mujeres del mundo «y preocupándose también por las generaciones futuras. El verdadero desarrollo es inclusivo y fecundo, lanzado hacia el futuro».