Fin de curso - Alfa y Omega

Cuando llegan estas fechas estivales en la parroquia se vive el final de las diferentes actividades que realizamos durante el curso. Se crea un silencio en el que se echan de menos la alegría y algazara, ver los pasillos llenos. Se van terminando las reuniones de los diferentes grupos. El de lectio divina, el de matrimonios, el de pastoral de la salud, el de la escuelilla de vida.

Es una ocasión privilegiada para parase, mirar atrás y descubrir las maravillas que hace Dios a través de la pequeñez de sus siervos. Nace la gratitud profunda de ver los pasos que, de forma comunitaria, vamos realizando. Porque nuestra vida de seguimiento de Cristo es un camino. Descubrimos que cada día somos llamados a recorrer una etapa, como en las peregrinaciones. Empezamos el curso en la parroquia con un lema: Somos familia de Dios, y las diferentes actividades que hemos realizado a lo largo del curso han sido experiencia de esa realidad.

En la Iglesia no tratamos temas, sino que favorecemos experiencias. Y el sabernos familia hace que toda la realidad humana que vivimos, tanto las agradables como las difíciles, las compartamos de forma comunitaria. Este curso ha habido muchas buenas noticias. Muchos bebés han recibido el don del Bautismo; han recibido catequesis un montón de pequeños, en las que mostramos cómo el ser cristiano no consiste en aprender contenidos sino en vivirlos, en aprender de los que se vuelven testigos. Cuánto amor y misericordia en las catequistas, que cada semana ofrecen aspectos de la vida de Jesús que se nos muestran como huellas a las que seguir.

Sin olvidar a los adolescentes y jóvenes que, desde el vigor y la energía de su edad, han prestado servicios a toda la comunidad, participando en misiones populares, asistiendo a las reuniones con espíritu de alegría y de vitalidad. Qué alegría da ver en las celebraciones dominicales un amplio grupo de jóvenes que se sienten parte de la comunidad, acompañados de sus padres y abuelos. Familias que, juntas, van haciendo de su fe una forma de vivir.

Gracias, Señor, por todo lo que nos has regalado este curso.