Jesús, sí; la Iglesia también - Alfa y Omega

Jesús, sí; la Iglesia también

José Francisco Serrano Oceja

El esfuerzo por comprender la naturaleza y misión de la Iglesia debe ser un ejercicio que esté permanente presente en la conciencia cristiana. Y en ese esfuerzo es determinante no hacer oídos sordos a las instancias articuladoras o puntos focales de la comprensión de lo que es la Iglesia, sobre todo en un mundo, al menos el del pensamiento –esperemos que no en el de la acción–, en donde el método de la dialéctica hace furor. Si hablamos de eclesiología, estudio de y sobre la Iglesia, nos encontramos con la paradoja de una tensión interna: el logos de la Iglesia, su naturaleza específica, su relación con Cristo, su relación con el reino de Dios, su forma de articulación en el Plan de Dios Trinidad, y, también, su naturaleza histórica, realidad social mudable. Si hablamos de una pedagogía actual sobre lo que es la Iglesia, estamos refiriéndonos a la respuesta que debemos dar, en cada momento, a las preguntas que las personas, que el mundo, hacen a la Iglesia y que tienen su reflejo en la misión. Cada libro que aborda, y explica, la naturaleza de la Iglesia es una repuesta clave a una de las preguntas fundamentales del Concilio Vaticano II: Iglesia, ¿qué dices de ti misma?

Cristo, sí; Iglesia, no, decían otrora; El Papa, sí; Iglesia, no, sostienen algunos, implícitamente o explícitamente, por estas fechas. Por eso es importante que se dé, en la comunidad cristiana y en el mundo de la reflexión sobre las realidades de la fe, un sobreañadido esfuerzo de educación sobre la integral experiencia eclesial de nuestro tiempo, sobre lo que fascina y centra la atención pública y sobre lo que queda en le segundo plano de la Historia. Como diría san Ireneo: «De la Iglesia recibimos la predicación de la fe que conservamos, bajo la acción del Espíritu, como un licor precioso en un vaso de buena calidad, un licor que rejuvenece y hace también rejuvenecer el vaso que lo contiene».

La Iglesia, que según la definición de J. Hamer es «una comunión, a la vez, interior y exterior, la vida de unión con Cristo significada y suscitada por el régimen de mediación de Cristo», interpela a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo. De ahí que el teólogo José Antonio Sayés, exponente de una teología divulgativa clásica de éxito editorial, nos ofrezca, ahora, un pequeño y sistematizado libro cuyo leitmotiv de fondo es responder a la pegunta sobre si Cristo fundó la Iglesia. La experiencia pastoral del autor de este libro con jóvenes hace posible que, por un lado, con un lenguaje directo, plantee las dudas que muchas personas tienen sobre la realidad fascinante de los orígenes de la Iglesia y ofrezca una respuesta satisfactoria. Aunque nuestro autor, que hace también gala de una notable erudición, en no pocas ocasiones introduce aspectos del debate teológico contemporáneo que serían más propios de otro tipo de escritos, los de las revistas científicas, hay que agradecer al profesor Sayés que haga el esfuerzo de ofrecer un marco adecuado de comprensión de las verdades de fe en su relación con la experiencia vital del cristianismo. De hecho, este libro hay que leerlo en la perspectiva de sus trabajos anteriores, dirigidos también a los jóvenes: Dios existe y Jesucristo. No tenemos otro nombre.

Creo en la Iglesia
Autor:

José Antonio Sayés

Editorial:

San Pablo