Semana Santa en Letonia - Alfa y Omega

Escribo desde mi camareta de nuestro batallón español, en la misión Enhanced Forward Presence de la OTAN, operación compartida con soldados de Letonia, Canadá, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia, Albania, Italia, República Checa y Montenegro. Una periferia de Europa occidental, entre lagos helados, bosques infinitos de coníferas, ríos tranquilos, pequeñas ciudades y aisladas aldeas, verdes brañas y un cielo tan pronto azul iluminado por un gélido sol como gris presagio de ventisca, donde celebramos los militares una espiritual y militar Semana Santa.

Los militares cristianos de Letonia, Polonia, Italia, Eslovaquia, la República Checa y Eslovenia adoramos al Santísimo Sacramento en exposición solemne del barracón hecho capilla, escoltado por gastadores del Ejército polaco. La Misa de Jueves Santo y la reserva del monumento, también escoltado por los gastadores polacos, concluyó con una procesión con el Santísimo Sacramento por las callejuelas de nuestra base, entre carros de combate, ambulancias, todoterreno, el hospital, los barracones y las tiendas de campaña de cada país, con el rezo del santo rosario. Los oficios del Viernes Santo y la Vigilia Pascual fueron multitudinarios, en inglés, el nuevo latín.

La Misa del Domingo de Resurrección en la base la compartimos con los italianos en una alegre y devota ceremonia en español e italiano. Luego nos desplazamos hasta una de nuestras compañías, en maniobras cerca de la frontera entre Estonia, Letonia y Rusia. En una serena tarde, en un claro del bosque celebramos una Misa de campaña del Domingo de Resurrección, ofreciéndola por el fallecido padre de un compañero. Participamos creyentes y no creyentes, unos con fe, otros sin ella, pero todos con el compañerismo y el respeto a las tradiciones militares de quienes somos soldados de España.

Al inicio he escrito Semana Santa militar en Letonia, pero en nuestras fragatas navegando en operaciones internacionales, en nuestras unidades de Irak, Mali, Congo, Afganistán, Djibouti, Turquía, Líbano, la Semana Santa no ha sido distinta: amor a Dios y amor a España fundidos en el amor de nuestras familias en el territorio nacional, rezando los unos por los otros a Cristo muerto y resucitado.