El Papa, a los jóvenes en Macedonia del Norte: «No se den por vencidos, sean artesanos de esperanza» - Alfa y Omega

El Papa, a los jóvenes en Macedonia del Norte: «No se den por vencidos, sean artesanos de esperanza»

Francisco afirma que uno de los principales problemas de los jóvenes en la actualidad es que han perdido la capacidad de soñar

Redacción
Foto: AFP/Andreas Solaro

Uno de los últimos encuentros que mantuvo el Papa Francisco en Macedonia del Norte fue con los jóvenes, que escuchó sus testimonio e inquietudes y les respondió personalmente.

Ante la pregunta de una joven —«¿Sueño demasiado?»—, el Santo Padre pidió a todos los jóvenes que «nunca se sueña demasiado» y que uno de los principales problemas de la actualidad y de tantos jóvenes es que han perdido la capacidad de soñar: «Ni mucho ni poco, no sueñan; y cuando una persona no sueña, cuando un joven no sueña, ese espacio es ocupado por el lamento y la resignación». En este sentido, les animó a «no darse por vencidos», aun cuando todo parece «paralizado y estancado» o «cuando los problemas personales nos inquietan y los malestares sociales no encuentran las debidas respuestas».

Y puso un ejemplo que vivió en sus propias carnes: «Hace unos meses, con un amigo, el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, también tuvimos un sueño que nos llevó a querer comprometernos y firmar juntos un documento que dice que la fe nos tiene que mover a los creyentes a ver en los otros a un hermano que debemos sostener y amar, y no dejarnos manipular por intereses mezquinos».

El Papa aseguró que la manera más hermosa de ser joven es «vivir una buena aventura» y que la mayor adrenalina que pueden tener es «empeñarse todos los días, con dedicación, en ser artesanos de sueños, artesanos de esperanza» porque «los sueños nos ayudan a mantener viva la certeza de saber que otro mundo es posible y que estamos invitados a involucrarnos y formar parte de él con nuestro trabajo, con nuestro compromiso y acción».

Durante su discurso, también les animó a «no tener miedo de apostar», tampoco de «cometer errores» y a «no paralizarse por inseguridad», porque de lo único que se debe tener miedo es de «vivir paralizados, como muertos en vida, convertidos en seres que no viven porque no quieren arriesgar, porque no perseveran en sus empeños o porque tienen temor a equivocarse».

En este sentido, les invitó a seguir el ejemplo de la Madre Teresa: «Cuando vivía aquí no se imaginaba cómo sería su vida, pero no dejó de soñar y de esforzarse por descubrir siempre el rostro de su gran amor, Jesús, en todos aquellos que estaban al borde del camino. Ella soñó a lo grande y por eso también amó a lo grande».

Por último, Francisco les dio algunos consejos. El primero, que experimenten el «cara a cara»: «Hemos entrado en la era de las conexiones, pero poco sabemos de comunicaciones. Muy conectados y poco involucrados los unos con los otros». En segundo: involucrarse: «La vida pide involucrarse, exige estar y compartir momentos buenos… y no tan buenos». El tercero: «Escuchar y escucharnos».

Vatican News / Redacción