La ayuda a Tierra Santa se frena en España - Alfa y Omega

La ayuda a Tierra Santa se frena en España

La colecta de Viernes Santo es la principal fuente de ingresos de la Iglesia en la zona, que trabaja en evangelización y formación

María Martínez López
El fraile franciscano Ayman Bathesh da la comunión a una anciana palestina, en su casa de Jerusalén Este. Foto: AFP Photo/Thomas Coex

Frente a la «densa nube de tinieblas» que hace que en Oriente Medio «esperar la paz resulte casi temerario», la Iglesia no se queda de brazos cruzados. Mediante obras pastorales, sociales, caritativas y culturales busca que «la comunidad cristiana que vive en Palestina pueda sobrevivir y, aún más, consolidar su propia presencia de manera activa y actuar al servicio de las otras comunidades», afirma el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, en su mensaje animando a colaborar con la colecta por Tierra Santa del Viernes Santo. En efecto, para que la labor de la Iglesia en el país de Jesús sea posible, «es necesario que los cristianos de todo el mundo se muestren generosos».

Para España, esta llamada a la generosidad implica un cierto toque de atención. Si bien en 2018 la recaudación global de la colecta fueron 8,6 millones de euros, más de dos millones más que en años anteriores, «en España, después de varios años de un crecimiento de en torno al 5 % anual, en 2018 las aportaciones bajaron de 1,1 millones a 1,05 millones de euros», explica fray Pedro González, comisario de Tierra Santa en la provincia franciscana de la Inmaculada Concepción, que ocupa gran parte de España.

Esta colecta es la principal fuente de ingresos de la Iglesia en Palestina, Israel, Jordania, Chipre, Siria, Líbano, Egipto, Turquía, Etiopía, Eritrea, Irán e Irak. La mayor parte, en torno al 55 %, se entrega a la Custodia de Tierra Santa, que a su vez da un tercio de esa cantidad al Patriarcado Latino de Jerusalén. El 45 % restante lo gestiona la Congregación para las Iglesias Orientales para la formación y sustento de sacerdotes y para actividades educativas.

La formación es la gran apuesta de todas las realidades de la Iglesia local. «De la educación y la cultura saldrá el desarrollo, además de una fe más arraigada», explica González. Pero, al mismo tiempo, intentan evitar que esta educación sirva a los jóvenes para emigrar. Quieren que puedan sobrevivir dignamente en su tierra, y por ello la Custodia apuesta además por la creación de empleo y la construcción de viviendas. Para muchos cristianos, «minoría dentro de la minoría» palestina, es la única forma de acceder a un lugar donde vivir.

Boom de peregrinaciones

La histórica vinculación de la Orden Franciscana con Tierra Santa se remonta a la llegada de los primeros franciscanos en 1217 y al encuentro, hace 800 años, entre san Francisco y el sultán de Egipto, Al-Malik al-Kamil. Además de estar encargados desde 1332 de la Custodia, en cada provincia franciscana existe una comisaría. Junto a la promoción y gestión de la colecta de Viernes Santo, su otra gran labor es la organización de peregrinaciones. Son otra forma de ayudar a los cristianos. Y están viviendo un importante repunte, como reconoce el cardenal Sandri.

Desde España, en concreto, en 2018 crecieron un 10 %, y este año continúa la tendencia. El miedo de años anteriores ha desaparecido en gran medida, y el Gobierno israelí ha apostado fuerte por el turismo. Como consecuencia, los viajes al país también se están secularizando en cierto sentido. «Si antes el 90 % de viajes a Israel eran peregrinaciones, hoy serán en torno al 60 % –explica el comisario de la Inmaculada–, con el otro 40 % puramente turístico. Hay que saber distinguir, y en nuestro caso intentamos que la gente sepa a lo que viene. Nos buscan porque conocemos bien los sitios (muchos hemos vivido allí) y no tenemos ningún interés económico».

Eso sí, «intentamos llevarlos a comercios e instituciones cristianas», no solo para comprar sino también para alojarse. Los franciscanos tiene cuatro casas nuevas, alojamientos para peregrinos que dan trabajo a cristianos palestinos, y últimamente bastantes peregrinaciones cambian dos de sus cinco noches en Jerusalén por Belén. Allí «han construido muchísimos hoteles nuevos, propiedad en buena medida de cristianos, que dan buen servicio y a mejor precio».

Además, las tres agencias de viajes con las que trabaja la Comisaría «se comprometieron por iniciativa propia a aportar unos 40 o 50 euros por peregrino, como donativo que nosotros derivamos a la Custodia». Si se multiplica por los en torno a 5.000 peregrinos que salen desde España cada año, las peregrinaciones desde nuestro país suponen cerca del cuarto de millón de euros para la Iglesia de Tierra Santa, además de los donativos que los propios peregrinos dejan allí.

Visitar piedras vivas

Cuando acompaña a un grupo de peregrinos, una de las prioridades de fray Pedro González es que conozcan la realidad de las piedras vivas, la Iglesia local. «En ocho días no da tiempo a que haya mucho contacto personal con ellos –lamenta–. Pero siempre que podemos les hablamos de nuestras más de 40 parroquias, nuestros 16 colegios, nuestros dispensarios y residencias. Les explicamos que la mayoría de los 285 franciscanos que hay en Tierra Santa en la actualidad son de esos mismos países. Son cosas que la gente no conoce».