Una Iglesia que solo puede dar a Jesús - Alfa y Omega

Una Iglesia que solo puede dar a Jesús

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Foto: AFP/Alberto Pizzoli

También la visita del Papa a Marruecos dice mucho del tipo de presencia que la Iglesia está llamada a tener hoy en el mundo. Aunque se trate de una pequeña diáspora donde los católicos no suponen siquiera el 0,1 % de la población, cualquier país de mayoría cristiana podría –y debería– aplicarse la advertencia de Francisco de que lo decisivo no es «el número o la cantidad de espacios que se ocupan», sino «la capacidad que se tiene de generar y suscitar transformación, estupor y compasión»; en otras palabras, la autenticidad del testimonio evangélico junto a «aquellos con quienes compartimos lo cotidiano, las alegrías, los dolores, los sufrimientos y las esperanzas». Al poner el foco en esa Iglesia pequeña en tamaño pero muy grande en obras, Francisco ha subrayado la necesidad de avanzar en el diálogo con el islam y de comprometerse en la defensa de los más vulnerables, particularmente de los migrantes. Todo eso es muy importante, pero seguramente no tanto como el haber mostrado al resto de la Iglesia la labor de unos cristianos que, a falta de oro y plata que dar, solo pueden entregar a Jesucristo.