Compromiso con Europa

«La unidad prevalece sobre el conflicto»; «el todo es superior a la parte». Más de un británico hará suyas estas frases del Papa en la Evangelii gaudium. Destruir es fácil; criticar puede hacerlo cualquiera, incluso con argumentos inapelables. Pero construir algo nuevo (y mejor) es otra historia. Las disputas en el Parlamento británico en torno al brexit son un aviso a navegantes descontentos con el sistema, aunque también deberían poner en guardia a los defensores del proyecto europeo. Entre las mentiras de la campaña por el Leave emerge un inapelable descontento hacia la UE, en gran medida injusto, puesto que los gobiernos nacionales son los responsables de que Bruselas sea lo que es, pero que refleja en todo caso la incapacidad de los europeos por aglutinarse tras un proyecto ilusionante. En la asamblea de los obispos de la UE (COMECE), el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ha dicho que la doctrina social de la Iglesia debería tener más presencia en Europa, toda una llamada a los católicos por superar su escepticismo y comprometerse en la vida pública. No hacerlo ahora puede llevar a lamentos en el futuro.