Creyentes de best seller - Alfa y Omega

Creyentes de best seller

Maica Rivera

A sus más de 90 años, la reina del suspense de Estados Unidos sigue en forma y vuelve a engancharnos desde la primera página con su trigesimosexta novela de crimen y misterio. Leemos de un tirón El último baile, libro con vocación de superventas que limita la trama a la investigación de la muerte violenta y sin testigos de la adolescente Kerry Dowling, cuyo cadáver amanece en el fondo de la piscina de su casa en Saddle River (Nueva Jersey) tras la típica fiesta nocturna de película americana organizada en ausencia de los padres. En pleno duelo familiar y de barrio, la Policía cierra filas sobre el círculo cercano de la joven, sin más opciones que centrarse en dos sospechosos fáciles, el novio de Kerry, Alan Crowley, que discutió con ella acaloradamente por celos en mitad de la celebración, y el vecino de al lado, Jamie, un muchacho con cierta discapacidad intelectual que, sin estar invitado, se acercó la noche de autos y fue el último en ver a la fallecida con vida. La hermana mayor de la víctima, la intrépida Aline, decide tomar cartas en el asunto para ayudar activamente al atractivo detective encargado del caso, Mike Wilson, poniéndose en riesgo ella misma y a pesar de llevar a cuestas otra dolorosa pérdida, la de su prometido unos años atrás, la víspera de la boda, por culpa de un conductor ebrio.

Hasta aquí tenemos un camino narrativo diseñado al milímetro para causar detonaciones emocionales muy controladas en el lector. No pasa desapercibido que la buena arquitectura de la historia incluye entre sus pilares, sin complejos, las creencias religiosas de los personajes, observadas con naturalidad como parte sustancial de la esfera íntima de los sujetos. La manera de vivir la fe perfila varios de los caracteres en conflicto, a grandes trazos pero de forma decisiva, y en la mayor parte de las ocasiones los define en positivo aunque, a veces, también en negativo como ocurre con la madre del principal acusado, June Crowley quien «iba a Misa todos los domingos, era una católica practicante en el sentido menos estricto de la palabra, le daba tanta importancia a ir bien vestida como a comulgar y a lo largo de los años nunca se le había ocurrido tener una conversación privada con el padre Frank». En contrapartida, el único pasaje reconfortante de la novela es, literalmente, el relativo a la homilía de este mismo sacerdote en el funeral, a cuyo término vislumbramos al supuesto asesino «arrodillado en el último banco, en el rincón más apartado, con el rostro oculto entre las manos», escena que sugiere al lector un juicio certero por intuición. Mary Higgins Clark, reina de la alta tensión para The New Yorker y gran dama de la intriga según The New York Times, pone así las pistas en lo importante, y se le nota debilidad por la señora Marge, madre superprotectora de Jamie, de quien apenas sabremos tres cosas inspiradoras, que nos bastarán: araña minutos al día para rezar discretamente en la iglesia de Saint Gabriel donde pide fuerza y discernimiento, «echa mano de su rosario siempre que está nerviosa» y siempre lleva a su difunto marido «cerca de la mente y el corazón».

El último baile
Autor:

Mary Higgins Clark

Editorial:

Plaza & Janés