Godzilla. Vuelve el monstruo - Alfa y Omega

Godzilla. Vuelve el monstruo

Godzilla, el famoso protagonista de aquellas películas niponas de serie B de los años 50, irrumpe en la serie A con una superproducción de Gareth Edwards, director ya curtido en estas lides. Con Godzilla vuelve la reflexión catastrofista sobre la naturaleza herida y la mano desestabilizadora del hombre

Juan Orellana
Fotograma de la película Godzilla

El argumento de Godzilla, de Gareth Edwards, arranca en los años 50, cuando se realizaban pruebas nucleares que todos consideraban frutos de la Guerra Fría, pero que en realidad eran ataques internacionales secretos contra una amenaza que surcaba el fondo de los mares, Godzilla. Se trataba de un monstruo prehistórico que había despertado a causa de unas excavaciones mineras en el Extremo Oriente y que se había refugiado en el Pacífico. A finales de los 90, vuelve a hacerse notar la presencia del monstruo, esta vez causando la destrucción de una central nuclear de Japón, dirigida por Joe Brody (Bryan Cranston). Esa tragedia, además, le cuesta la vida a Sandra (Juliette Binoche), esposa de Joe y madre de nuestro protagonista, Ford Brody (Aaron Taylor-Johnson). Han pasado 15 años, 2014, y Ford es un fornido militar experto en explosivos, felizmente casado con Elle (Elizabeth Olsen) y padre de un niño. El ya jubilado Joe está considerado como enfermo mental desde el accidente. Todo parece ir bien hasta que Godzilla vuelve a dar señales de vida, esta vez acompañado de una pareja de animales prehistóricos que se alimentan de energía nuclear.

No hace falta mucha imaginación para concluir que este film, en 3D, se ciñe escrupulosamente a las convenciones del género. Sin embargo, no hay que dar por supuesto que lo haga bien. Y lo hace. Con creces. Espectáculo y trama dramática se entretejen con soltura: ni el primero eclipsa a la segunda, ni la segunda cae en los excesos del melodrama. El espectáculo es excelente; a pesar de que la era digital nos ha obligado a ver ya todo lo visible, la estética de Godzilla nos devuelve la ilusión de estar descubriendo de nuevo el mundo de los efectos digitales. De la trama dramática destacaría la cuestión del sacrificio altruista que atraviesa a los personajes principales. Sandra se sacrificó por los demás, y su esposo renunció a ella pudiendo salvarla, por lo mismo. Su hijo Ford y Elle repetirán el patrón, más centrado en su familia. También hay apuntes de religiosidad cristiana en las oraciones de los soldados, entre los que se encuentra Ford.

El otro tema es el consabido discurso de fondo sobre la difícil relación entre hombre y naturaleza. En el film se ventilan cuestiones como la energía atómica y la agresión de la voracidad humana. Pero no se hace un planteamiento casi cosmológico como hacía Avatar, divinizando la creación. Aquí se habla más bien de la capacidad de la naturaleza de restablecer su propio equilibrio. De hecho, en eso se basa la lucha de Godzilla con los dos otros extraños animales. También se subraya la prepotencia del ser humano cuando cree controlarlo todo: «La arrogancia del ser humano le hace creer que tiene la naturaleza bajo control, en lugar de al revés», declara Serizawa, el científico encarnado por Ken Watanabe.

La película, como no podía ser menos, se hace eco de diversos referentes cinematográficos, más allá de las producciones y series que han dado vida a Godzilla en los últimos años. Hay homenajes a Alien (el descubrimiento de la cueva con el fósil y el embrión), a Encuentros en la tercera fase (el secretismo de la base militar de investigación, algo muy presente en las películas de ovnis y extraterrestres de hace décadas). Brillante la banda sonora del gran Alexander Desplat.

Godzilla
Director:

Gareth Edwards

País:

Estados Unidos

Año:

2014

Género:

Ciencia ficción

Público:

+12 años