«Somos una minoría» - Alfa y Omega

«Somos una minoría»

Ricardo Benjumea

Si, en España, ha protagonizado la campaña electoral el desliz verbal del número 1 de lista del Partido Popular, en Alemania, la polémica ha saltado por una declaración hostil hacia los cristianos de Martin Schulz, el candidato a presidir la Comisión Europea de los socialistas europeos. Mientras Miguel Arias Cañete y Elena Valenciano debatían el pasado jueves en TVE, la televisión alemana ofrecía un duelo entre los primeros espadas de los cinco principales grupos europeos (populares, socialistas, liberales, verdes e izquierda unitaria), en el que Schulz hizo un alegato contra la presencia de los crucifijos en los espacios públicos, vinculándolos con el auge de movimientos populistas ultranacionalistas. Los crucifijos -dijo- deben ser retirados por «el riesgo de que regresen movimientos muy conservadores».

La salida de tono del cabeza de lista socialdemócrata ha dado a los democristianos alemanes la ocasión de movilizar a sus bases tradicionales, no precisamente entusiasmadas con el candidato de los populares europeos, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, que apenas se diferencia de su adversario en temas sociales y morales. Juncker, de hecho, calló ante las palabras de Schulz. Tras el debate, Andreas Scheurer, Secretario General de la CSU bávara, calificó al líder socialista de «peligro para la tolerancia religiosa» y de prototipo de «burócrata europeo intervencionista».

El mismo día del debate electoral, se hacía público el informe 2013 del Observatorio sobre la intolerancia y la discriminación contra los cristianos en Europa, organismo con sede en Viena, que documenta 241 casos de cristianofobia en el continente. Aumentan los actos de vandalismo y violencia: 133 episodios en 11 países. 13 casos se refieren a España, y van desde artefactos explosivos contra templos, a agresiones y amenazas contra obispos. El informe pone el foco también sobre 41 leyes en 14 países que violentan la libertad religiosa, al limitar, por ejemplo, la libertad de expresión, el derecho a la objeción de conciencia o el derecho a elegir la formación moral de los hijos. «Algunos Gobiernos y actores de la sociedad civil buscan excluir en lugar de acoger» a los cristianos, afirma el director del Observatorio, Gudrun Kugler. En la misma línea, el Prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Georg Gänswein, denunció el domingo, en un acto organizado por la sección suiza de Ayuda a la Iglesia Necesitada en la abadía benedictina de Einsideln, que en la UE crece un secularismo militante, y pidió a los poderes públicos actuar frente a los «crímenes de odio» contra los cristianos, igual que persiguen el antisemitismo o la islamofobia.

Pero el gran problema no es tanto la «agresividad y hostilidad» de algunos sectores contra al cristianismo, como el «miedo reverencial» al qué dirán que se ha apoderado de los creyentes, dijo el pronto ya ex eurodiputado Jaime Mayor Oreja, al recibir el Premio a la Defensa de la Libertad Religiosa 2014 de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Es importante, a su juicio, empezar a actuar como «lo que somos, una minoría», más allá de que, en términos estadísticos, lo seamos o dejemos de serlo en determinados ámbitos sociológicos. La cuestión es «actuar con las características propias de una minoría», con «autenticidad, convicción, valor, coraje, capacidad de sacrificio, esfuerzo, respeto hacia todos y, singularmente, hacia aquellos que, compartiendo los mismos valores, los defienden de otra manera, con otra estrategia, desde otra organización». Sólo así, con determinación, y de forma organizada, será posible establecer «líneas de resistencia frente a la socialización de la nada, frente al relativismo».