Francisco rehabilita 35 años después al sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal - Alfa y Omega

Francisco rehabilita 35 años después al sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal

Juan Pablo II le suspendió a divinis en 1984 por integrarse en el gobierno del sandinista Daniel Ortega

Redacción
Foto: EFE/M. A. Molina

El Papa Francisco ha levando la sanción a divinis (prohibición de administrar los sacramentos) al sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal, que le había impuesto en 1984 Juan Pablo II por integrar el gobierno sandinista de la época en su país, que como hoy estaba gobernado por Daniel Ortega.

Cardenal, reconocido poeta y hoy un feroz opositor a Ortega, tiene 94 años y está hospitalizado en Managua a causa de una grave infección renal. Francisco le acaba de enviar una carta en la que le informa del levantamiento de la suspensión, informó el domingo El País, según el cual el nuncio apostólico en Nicaragua, el polaco Stanislaw Waldemar Sommertag, ya se la comunicó a Cardenal y le ofreció celebrar con él su primera Misa en 35 años.

El anterior corresponsal en Roma del diario de Prisa, Pablo Ordaz, desempeñó un papel protagonista en esta historia. A principios de 2016, una amiga de Cardenal, la poetisa italiana Zingonia Zingone, le entregó una carta para el Pontífice. «La ocasión —escribía Ordaz el domingo— se presentó el 12 de febrero, a bordo del vuelo de Alitalia que llevaba al Papa desde Roma a México: —“Santidad, en este sobre hay un libro dedicado y una carta que Ernesto Cardenal quiere hacerle llegar”. —“¿Qué cardenal?”, contesta el Papa con gesto de no haber oído. —“No, de Ernesto Cardenal”. Al Papa, como se aprecia en una secuencia de fotos del periodista Alan Holdren, se le iluminan los ojos y, con una gran sonrisa, dice: “Gracias, gracias”».

Silvio Báez: «Gracias, Ernesto»

La confirmación sobre el levantamiento de la suspensión llegaba también de un mensaje en las redes del obispo auxiliar de la archidiócesis de Managua, Silvio José Báez, quien visitó el viernes al hospital, se postró ante su cama y le pidió su bendición. «Hoy visité en el hospital a mi amigo sacerdote, P. Ernesto Cardenal, con quien pude conversar unos minutos. Después de haber orado por él, me arrodillé ante su cama y le pedí su bendición como sacerdote de la Iglesia Católica, a lo cual accedió gozoso. ¡Gracias, Ernesto!».

Cardenal y Báez se cuentan entre los principales críticos al régimen de Ortega en Nicaragua. Báez se ganó la admiración de los nicaragüenses en abril pasado, cuando intervino para evitar la muerte de cientos de estudiantes, que eran atacados con armas de guerra por agentes de la Policía de Nicaragua y grupos «paraestatales». Por su parte, Cardenal —que sigue siendo una de las personalidades más populares del país— ha sufrido hostigamiento judicial por parte del Gobierno, que ha abierto contra él inverosímiles investigaciones.

Efe / Redacción