Preparar la sotana - Alfa y Omega

Desde hace unos años colaboro los lunes en un programa de Radio Nacional que se titula La sotana metálica, en el que pongo canciones de música heavy. Es una manera de compartir una de mis grandes pasiones, la música extrema que nace de la sensibilidad artística y de lo que llena el corazón de los músicos. A la vez es un lugar privilegiado, los medios lo son, para acercar la mirada creyente a los oyentes. Es una tarea de creatividad pensar en el tema y las canciones de cada Sotana. Si son canciones en español siempre es alguna letra la que me inspira. He preparado programas sobre enfermedades mentales, nombres de mujer, las miradas, el paso del tiempo. Analizar el contenido de las letras es una actitud de acoger lo que los artistas quieren expresar: soledad, vacíos, alegrías, amores perdidos o encontrados y disfrutados, sensibilidad ecológica. «De lo que habla la boca está lleno el corazón» (Mt 12,34), y esto es lo que me hace escuchar de forma atenta las canciones. Me hablan de lo que llena la vida, alegra y preocupa a muchos artistas. Hay una fuerte carga de crítica social y de denuncias en muchas letras. Deseos de salir de la opresión a la que nos vemos envueltos en esta sociedad tan exigente y controladora. Cuando son internacionales los grupos que pongo, me informo de bandas de diferentes países y las presento, como la forma de viajar a través de la música a diferentes lugares.

Entre la cuarta y quinta canción me preguntan sobre a quién llevamos esa semana al cielo y al infierno. Es un momento en el que intento de manera breve, porque la sección no dura más de 15 minutos, intentar desde la doctrina social de la Iglesia compartir alguna noticia cargada de esperanza, positiva, de acciones que se realizan en nuestro entorno en las que la bondad y el amor son el centro, esfuerzos por defender la dignidad de los más pobres, de los más desfavorecidos. Al infierno llevo situaciones que dañan lo humano, que lo humillan, que lo explotan, y termino haciendo un resumen de la homilía del domingo. En pocos segundos, comento lo nuclear del Evangelio del domingo. Llevo cinco años con esa sección y la verdad es que estoy agradecido y sigo atento: a tiempo y a destiempo para dar razón de mi esperanza.